En el territorio mexiquense se trabajan 13 ramas artesanales, entre las que se incluye el trabajo que realizan artesanas y artesanos que trabajan la cantera, quienes, en cada una de sus piezas, hacen posible la realidad de una visión perfecta que resaltan y le dan identidad al estado.

Maestras y maestros artesanos dedicados a la cantera han pasado su conocimiento por varias generaciones, reproduciendo sus más exclusivas expresiones artísticas, a fin de mantener viva la grandeza de la cultura y preservar nuestras raíces.

La cantera es una piedra porosa, relativamente dura y hacedera de labrar, cuyas características varían según la región de origen. Se empleó en la construcción de edificios, desde tiempos prehispánicos y fue esencial durante la colonia.

Los artesanos se auxilian de una barreta y fuego para el corte y separación de los bloques de roca, así como del martillo y cincel para el labrado. Son herederos de formas y símbolos antiguos, figuras mágicas y religiosas que detienen el tiempo para ser admiradas y que evocan a nuestra cultura.

Todavía se tallan complementos y aplicaciones para la arquitectura como columnas, fuentes, pilas para agua, cruces, arcos, así como piezas utilitarias y decorativas.

Entre los municipios donde se trabajan estos materiales destacan Acambay, Aculco, San Martín de las Pirámides, Chimalhuacán, Nezahualcóyotl, Teotihuacán y Toluca.

El Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM) invita adquirir artesanías de la entidad a través de las tiendas Casart, al consumir estas piezas, apoyas directamente a los productores, además de fomentar la cultura y tradición.