El incremento de migrantes se podría ver en cruceros y avenidas del Valle de México, pero no una alta presencia de centroamericanos en diversas casas de refugio que se encuentran en municipios del Valle de México.
Denominado “Arcángel Rafael II”, uno de estos albergues se ubica en la colonia San Pedro Xalostoc de Ecatepec.
Aquí se brinda atención humanitaria a las personas que se encuentran en movilidad forzada y que provienen de Honduras, Venezuela, Guatemala, El Salvador y Haití, en busca del llamado sueño americano.
Esta estancia para migrantes tiene una capacidad de 150 camas y cuenta con cocina para preparar alimentos calientes, baños, espacio para realizar actividades recreativas, áreas verdes y calentadores solares.
Los migrantes pueden pernoctar y tomar alimentos calientes, en su paso por este municipio rumbo al norte del país, para tratar de cruzar a Estados Unidos de América.
Este hogar temporal, fue adecuado por la Diócesis de Ecatepec en coordinación con representantes de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
En este lugar se ha llegado a recibir a un promedio de 160 personas, entre ellas, familias con menores de edad que se encontraban en la vía pública en la Ciudad de México, donde los espacios para migrantes se encontraban saturados.
Entrevistado al respecto, el coordinador del refugio, Prudencio Ramírez Carrillo, explicó que el flujo de migrantes ha bajado desde hace algunos meses.
Actualmente, comenta, en el albergue se atiende a 60 personas en promedio, cuando en meses anteriores se registraron más de 150 migrantes.
Para la gran mayoría de los migrantes su meta es llegar a los EUA, algunos optan por un permiso humanitario y se encuentran a la esperan una cita “CBP One”, para entrar de manera legal a aquel país, tal es el caso del venezolano Juan Víctor, quien ya lleva tres meses en México, donde para sobrevivir trabaja en la Central de Abasto de Ecatepec.
Otros han encontrado en México una opción para vivir y tener un empleo como es el caso del hondureño Cristóbal Aguilera, quien dijo haber recorrido un gran camino acompañado de su hijo y de su esposa. Inicialmente querían llegar a Estados Unidos, pero ante el riesgo de cruzar y de ser deportados, prefirieron quedarse en México, donde dijeron ya estar contentos por lo que decidieron quedarse aquí, por lo que ya se encuentra arreglando su situación migratoria.
En tanto que el hondureño Pedro, avanzan en su recorrido pese al riesgo, las inclemencias del tiempo pasando frío y hambre, con la fijación de llegar a la frontera para cruzar con o sin ayuda, sin temor a ser detenidos o bien deportados. Están decididos a alcanzar el sueño americano.