El pasado jueves, alrededor de las 9 de la noche, Nieves Ramírez, habitante de Atenco, recibió una llamada telefónica en donde la amenazaron para que dejara su casa, porque de lo contrario la asesinarían. Su primera reacción fue hacer de conocimiento de los pobladores esta situación y el pueblo determinó brindarle la protección necesario a través de un campamento.
Integrantes de Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, denunciaron las amenazas de la que es víctima la señora Ramírez este día en el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos), lo que consideran se debe a la construcción de la autopista que conectará a la de Peñón con Ecatepec-
Aunado a ello, la organización indica que diversos pobladores fueron despojados de su tierra para la construcción del Nuevo Aeropuerto, obra que de acuerdo con la nueva administración no llegará a su fin.
Indicaron que en 2014 se realizó una asamblea ejidal en un lugar privado, con la participación y voto de personas ajenas al ejido donde se votaría la obra y donde Andrés Ruíz Méndez, actual presidente municipal de Atenco, fungió como representante del comisariado ejidal
Ante ello, ese mismo año interpusieron una denuncia ante el Tribunal Agrario del Distrito 23 de Texcoco, sobre la decisión de la Asamblea Ejidal que ilegalmente cambió la posición del Ejido de Atenco y del uso común de sus parcelas a tierras de uso privado y contra la construcción de la autopista antes mencionada, y el falló fue a favor de Ruíz Méndez.
Amenazas a Nieves
De acuerdo con Antonio Lara, director del Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero, la situación de la señora Ramírez se hizo del conocimiento a la oficina del alto comisionado de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos en México, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos e incluso del Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de la Secretaría de Gobernación.
Indica que estas tres instancias brindaron medidas cautelares “según sus facultades” para el inmueble de la señora Ramírez, quien habita con sus tres hijos.
Ella, se negó desde el primero momento a hablar con las empresas constructoras Cipsa y Pinfra para vender su inmueble, pero la obra continuó, y ahora su casa está rodeada de esta autopista que representa desarrollo, mientras que su casa representa la resistencia de diversas comunidades durante 17 años para no ser despojadas de sus tierras.
El abogado indica que esta autopista conecta la de Peñón con la de Ecatepec, al menos, indica, 30 kilómetros en línea recta, donde convergen territorios de Atenco, Acuexcoman, Tocuila, entre otros, donde cientos de personas se ven afectadas por el despojo de sus tierras y parcelas.
“Esta obra se realizó en un momento donde era impensable la cancelación del aeropuerto, y no les importó que durante el trazado de la autopista estuviera la casa de la señora Nieves”, indica Lara y añade, “esa autopista se hizo pensando en que iban a destruir la casa, con ese propósito”.
Ahora, alrededor de su terreno, que comprende 300 metros cuadrados de los que ella ocupa para habitar alrededor de 80 metros, hay un campamento donde pobladores se refugian para evitar que algo le pase.
Lara indica que en ese lugar hay al menos 10 personas todos los días desde que se enteraron de la amenaza.
Además la ejidataria pese a que algunas personas recibieron dinero por sus tierras, hay un vicio de origen en la negociación.
“Hay un principio en el derecho agrario mexicano que el ejido no puede venderse, es inalienable, intransferible, y lo que hicieron fue simular un procedimiento de desincorporación del ejido para poderlo hacer supuestamente propiedad privada y así fue como legalmente se podría pagar por la tierra, pero lo cierto es que ellos, hasta el día de hoy, siguen impugnando legalmente que no tenía por qué considerarse tierra privada ya que se trata de un ejido”.
Dijo que al haber un vicio de origen no pueden reclamar el dinero que recibieron los campesinos por sus tierras, por lo que se encuentran en una batalla legal para que les regresen las tierras ya que es algo ilegal.
Por este despojo de tierras, indica Lara, en Atenco, hay alrededor de 800 ejidatarios, a lo que habría que sumarse los de pueblos de alrededor, un promedio de 5 mil ejidatarios afectados, que en hectáreas, indica, son 10 mil.
En total los pueblos afectados son, además de Atenco, Acuexcomac, Tocuila, Nexquipayac, La Magdalena Panoaya y Tezoyuca.
Ante ello el frente exigió se hagan valer las sentencias de suspensión provisionales o definitivas y que las empresas paren completamente la obra; un cese a las amenazas y amedrentamientos a quienes custodian los ejidos y que se realice una investigación para dar con los responsables que entregaron sus tierras.
POR MONSERRAT MÉNDEZ