En el Estado de México viven en penales 53 menores con sus mamás privadas de la libertad, quienes son expuestos constantemente a la violencia, al autogobierno, narcotráfico, prostitución y violaciones, sin contar con condiciones óptimas para tener un pleno desarrollo, así lo informó la presidenta y cofundadora de la Fundación Reinserta, Saskia Niño de Rivera.

“Si bien la Ley de Ejecución Penal marca lo que tiene que ser un penal exclusivo de mujeres, no hay suficiente población femenina privada de la libertad para que haya tantos penales, por lo que se han generado mixtos, siendo esto grave, porque hace que ellas estén en condiciones precarias, aunado al tema de la maternidad y la violencia a la cual están expuestos no sólo los niños que nacen y viven en prisión con sus mamás, sino también los que visitan a sus papás”, indicó.

La solución a la problemática, dijo, es que se busque construir más espacios para mujeres con óptimas condiciones y una ubicación estratégica que les permita a sus familiares irlas a visitar, siendo que el 95% de ellas son abandonadas por su núcleo familiar.

En un panorama amplio, indicó que la mayoría de las reclusas han sido encarceladas por delitos no graves; pocas de ellas fue por cometer delitos contra la salud, homicidio y secuestro; asimismo, indicó que en el 99% de los casos, lo cometieron acompañadas por una figura masculina ya sea su pareja sentimental, amigo o familiar.

Las condiciones en las que viven las reclusas madres de familia, junto con sus hijos e hijas son precarias al no contar con área de maternidad, un espacio lúdico exclusivo y con un centro de desarrollo infantil, afirmó, al indicar que la mayoría de los menores se encuentran en el penal de Santiaguito, que tiene condiciones “brutas” de autogobierno.

“Son menores que están expuestos constantemente a la violencia, autogobierno, narcotráfico, prostitución y violaciones. Esto no quiere decir que los niños no deben estar con las mamás, sino que tenemos la obligación de generar las condiciones para que estén ahí”.

Respecto a las y los niños que viven en prisión con sus madres, la legislación establece que su permanencia con ellas será hasta los 3 años y debe estar sujeta al interés superior del menor, por lo que es necesario garantizarles una buena alimentación, servicios de salud, educación y espacios especiales para estar con su madre.

Saskia Niño de Rivera recalcó que cerca del 50% de los penales del Estado de México  viven condiciones similares al extinto Topo Chico, siendo Santiaguito el penal mexiquense con mayor crisis.