En los últimos dos años han proliferado negocios de venta de agua purificada, tanto quienes lo hacen a través de máquinas sin la necesidad de supervisión y empleados, como quienes sí cuentan con personal que llena y distribuye a domicilio los garrafones, pero ¿cuáles son las consecuencias de consumir agua sin el debido tratamiento?
El negocio de venta de agua purificada es uno de los más rentables en los tiempos actuales e implica un menor riesgo, ofrece a las personas un producto imprescindible y el margen de ganancia puede ir entre el 70 al 80 por ciento.
Al respecto, la doctora María Fernanda Serrato López, jefa del departamento de Promoción a la Salud del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), ha advertido sobre las consecuencias de ingerir agua sin el debido tratamiento, pues dijo, en el caso de que el agua no esté purificada correctamente, puede contener materia fecal y parásitos como los que generan la amebiasis que podrían provocar enfermedades gastrointestinales y en algunos casos causar incluso la muerte.
Resaltó que los síntomas más comunes son: diarrea aguda, deshidratación severa, pérdida de peso, cólicos o dolor estomacal, fiebre, náuseas y vómito.
“Es muy recurrente que se presenten personas con estas enfermedades en los Centros de Salud. Ingerir esta agua puede provocar enfermedades gastrointestinales, acompañadas de dolor intenso, y en algunos casos incluso puede provocar la muerte, porque vienen implicados muchos parásitos”, dijo.
Como personal de salud, recomendó a la ciudadanía llenar o comprar sus garrafones con agua purificada en espacios limpios, seguros y que cumplan con los requerimientos de sanidad correspondientes para evitar posibles afectaciones a su salud.
Serrato López, indicó que este tipo de espacios deben contar con un certificado ante la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios del Estado de México (Coprisem) o la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), tener un lavado constante de garrafones, asegurarse que las tuberías no tengan presencia de hongos, los filtros se encuentren en buen estado, tengan un control adecuado de plagas y asegurarse que el análisis de calidad de agua esté avalado por laboratorios acreditados.
“Es necesario que tengamos a la mano el conocimiento de la certificación de estos negocios y que obviamente, las autoridades tengan las debidas supervisiones de todo el establecimiento donde se encuentra esta bebida fundamental, también es necesario que la ciudadanía también se empape un poco más de información para no poner en riesgo su salud”, concluyó.