“El bosque de agua debe ser nombrado reserva hídrica y resguardado mediante legislación”, señaló el ambientalista Víctor Daniel Ávila Akerberg, al reconocer que este corredor biológico, así como el Río Pánuco, corren el riesgo de desaparecer, debido a amenazas como la tala ilegal, contaminación de ríos y crecimiento urbano.
Estas problemáticas, señaló el especialista, han quedado al descubierto ante la crisis hídrica que se registra en el Valle de México.
Por lo que ahora, se deberá apostar por la protección bajo las leyes mexicanas, para evitar su explotación e impulsar su cuidado.
“Que tenga el estatus de reserva hídrica de seguridad nacional, sería bueno”,
destacó el ambientalista, especializado en Ecología y conservación de los bosques.
De acuerdo a Ávila Akerberg, del bosque de agua dependen 25 millones de personas, que habitan 37 municipios de tres estados; en su mayoría del Estado de México, pues al menos 22 municipios son mexiquenses.
En tanto, la Cuenca del Río Pánuco, que comienza también en la entidad mexiquense, ha sido amenazado por la contaminación producida por la falta de saneamiento de las aguas residuales urbanas e industriales provenientes de la Ciudad de México y su zona Metropolitana, a través del Río Tula, lo que sigue ocasionando un daño ecológico severo.
Cabe destacar que ejidatarios de los municipios mexiquenses del bosque de agua, entre ellos Temoaya, Jilotzingo e Isidro Fabela, han denunciado en reiteradas ocasiones, actos de tala ilegal que se registran en la región.
Señalaron que si se continúa ignorando los cuidados del bosque de agua, la zona metropolitana seguirá enfrentando una severa sequía.