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Elaboran mexiquenses variedad de bebidas, licores y destilados artesanales

Dentro de la amplia variedad artesanal que presenta el Estado de México se encuentra la gastronomía y en ella licores y destilados, cuya elaboración es una práctica popular en algunos municipios de la entidad como Toluca, Tenancingo, Tianguistenco, Malinalco, Tepotzotlán, Metepec, El Oro, Tenango, Villa del Carbón, Jiquipilco, por mencionar algunos.

Entre las bebidas, destaca la Garañona, típica del Pueblo Mágico de Metepec, la cual tiene cerca de 90 años de existencia y, aunque el sabor es variable de un artesano a otro, a esta bebida se le atribuyen propiedades medicinales, debido a las 14 hierbas con las que se prepara; su tiempo de elaboración puede ser de entre dos y tres semanas.

Otra bebida espirituosa, originaria del municipio de El Oro, es La Chiva, nombre que adquirió por su fama de “topetear” a quienes la toman. Hecha con 21 hierbas tradicionales, alcohol y anís dulce, La Chiva lleva un tiempo de producción de al menos cinco meses.

En esta lista se incluye al famoso Mosquito, bebida popular del municipio de Toluca que nació aproximadamente en 1920, siendo su sabor dulce a naranja lo que a los consumidores de la época los dejaba “picados”; por ello se le nombró “mosco”. Actualmente, esta bebida se encuentra en diversos tamaños y grados de contenido etílico.
Esta lista no estaría completa sin mencionar a los destilados de maguey, típicos desde la Época Prehispánica, entre los que se encuentran el pulque, o conocido también como bebida de los dioses y desde luego, el mezcal.

La mayoría de estos destilados provienen de diferentes tipos de agave que se concentran en municipios de clima cálido, donde se obtiene una bebida con características particulares. El sabor y la calidad de estos productos los han llevado a cruzar fronteras.

En territorio mexiquense, también se elaboran cervezas artesanales que han tomado fuerza en fechas recientes y se han consolidado dentro de las favoritas del público conocedor por su calidad.

En algunos lugares de la entidad se produce rompope que nació en los conventos durante la Época Colonial y, aunque los ingredientes son variables, se caracteriza por contener yemas de huevo, leche, canela, azúcar, vainilla y licor.

Pese a que inicialmente el rompope era una bebida destinada para la élite religiosa, posteriormente se popularizó y hoy en día es posible encontrarlo en diversos sabores como café, coco, chocolate, pistache, piñón, entre otros; estos se caracterizan por no tener colorantes ni saborizantes artificiales.

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