Por Fernanda García
“Muévete, muévete, muévete. Mójate, mójate, mójate” se escuchó en las calles de Metepec. Este martes, el sincretismo se hizo presente en el tradicional Paseo de San Isidro, un desfile de carros alegóricos, retablos y yuntas en honor al santo patrono de la región, mismo que este año se sintió con más fervor debido a la crisis de sequía que se atraviesa en el municipio alfarero.
Tras escuchar misa en el exconvento de San Juan Bautista, miles de personas se formaron para ver el espectáculo en honor a San Isidro Labrador, un desfile que tiene más de 200 años de tradición en el que los protagonistas son las imágenes de San Isidro, las mazorcas, las semillas, el pan de maíz y el baile.
Este año participaron 134 cuadrillas, con un promedio de 80 participantes cada una. No sólo tomaron las calles para develar su devoción al público, sino también -desde la fe- para pedir por lluvias, pues los campos sufren y temen que no haya agua suficiente para asegurar las cosechas.
“Es algo hermoso seguir las tradiciones y las costumbres de mi familia. Festejamos a San Isidro Labrador, que es el patrón de la agricultura y nos provee la lluvia ahorita que se necesita“,
comentó Jesús Ruiz, quien tiene más de 32 años de participar en el Paseo de San Isidro, también conocido como Paseo de los locos.
Entre los carros alegóricos y las lluvias, las tlacualeras resaltan
Las tlacualeras son en su mayoría hombres vestidos de mujer, con la intención de rendir honor a las esposas de los campesinos que les llevaban de comer en medio de las arduas jornadas bajo el Sol.
También danzaron los chinelos y los arrieros, cada vez que sus pies chocaban con el asfalto, una oración para que las lluvias no tarden se materializaba.
Si bien Metepec ha perdido gran parte de su vocación campesina, los participantes reconocieron que no están dispuestos a dejar morir sus tradiciones. Éste año se reportaron más de 300 carros legóricos y 14 yuntas.
Además, el último de corte del Ayuntamiento de Metepec reportó la asistencia de aproximadamente 20 mil personas, entre participantes y visitantes.
La oración es sólo el comienzo de una celebración que regresa a Metepec a sus orígenes agrícolas, después de ésta, la verbena toma protagonismo. Las yuntas, los tractores, las imágenes de San Isidro Labrador, las mojigangas o tlacualeras… Todo se conjuga para dar paso a la festividad más representativa del municipio alfarero.
Es de destacar que el tradicional Paseo de San Isidro sólo se ha suspendido en tres ocasiones, 1913, 1920 y 2020; todas por una crisis sanitaria.