Debido a la falta de recursos, las obras de restauración de vestigios en el Cerro del Toloche, en Toluca, se encuentran suspendidas; no obstante, los arqueólogos ya consolidaron una parte y se espera una apertura parcial al público en próximas fechas, informó Ricardo Arturo Jaramillo Luque, delegado en el Estado de México del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Explicó que en 2011, con recursos del ayuntamiento de Toluca, en coordinación con el INAH y la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), iniciaron los trabajos para restaurar el basamento de alrededor de 25 metros de ancho por 10 de altura, de lo que se presume era una pirámide para rituales matlatzincas.
Detalló que ese basamento se conforma de diversas estructuras y una serie de terrazas hacia el sur que tiene una magnifica vista del Valle de Toluca, edificación que también era estratégica ya que de ahí se observa el altiplano, además de áreas de actividades religiosas.
“Tenemos materiales encontrados desde la época preclásica, estamos hablando de tres mil años, pero se han encontrado y estas estructuras son básicamente de la época Matlatzinca, es lo que nosotros los arqueólogos mencionamos como el periodo post clásico temprano, estamos hablando del 1100 al 1521, momento de la conquista”, explicó Jaramillo Luque.
Recordó que los mexicas entraron al Valle de Toluca en 1470, iniciada la conquista por el lado de los aztecas, que vivían bajo la presión de los purépechas, en la última etapa prehispánica que consta de 60 años, hay una presencia mexica muy importante en el el Valle de Toluca, prueba de ello, es Calixtlahuaca.
Agregó que este sitio, en el que se encontraron vestigios de asentamientos aztecas o mexicas quienes seguramente convivieron en esta etapa, es muy importante para la capital mexiquense, ya que junto con Calixtlahuaca se contará con dos áreas de visita prehispánica.
Para la primera fase, el Instituto de Cultura del Estado de México invirtió más de 700 mil pesos, los cuales se aplican en la mano de obra que realizan arqueólogos y trabajadores, quienes llevan el análisis de los materiales e informes sobre el hallazgo.
Asimismo, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), participa con herramientas, equipos y arqueólogos, así como con una inversión de 400 mil pesos, que se aplican de forma coordinada, junto con la Universidad Autónoma del Estado de México.