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Estudiantes de Telebachillerato desarrollan proyectos comunitarios

 

Con esa pasta se elaboran platos pasteleros funcionales, biodegradables y económicos, siendo una opción para que se utilicen en la comunidad


Lograr que las y los jóvenes mexiquenses tengan acceso a la educación media superior, es uno de los objetivos del Plan Estatal de Desarrollo del Gobierno del Estado de México, por lo que, a través de los Bachilleratos Comunitarios se acercan programas de estudio a las poblaciones que tienen menos habitantes y no cuentan con algún servicio educativo en este nivel.

Bajo esa premisa, la Secretaría de Educación, que encabeza Gerardo Monroy Serrano, atiende este modelo educativo para la formación académica de los jóvenes mediante los Telebachilleratos Comunitarios, donde los estudiantes reciben formación propedéutica y profesional para el desarrollo de proyectos sustentables que den respuesta a las necesidades de sus comunidades de origen.

Un ejemplo de ello es el Telebachillerato Comunitario 386, de la comunidad de San Francisco Magú, en Nicolás Romero, donde los estudiantes desarrollaron el proyecto ecológico de elaboración de Platos degradables de Bioplástico con cáscaras de mango, el cual se alinea con el objetivo 12 de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

“Nosotros tenemos en Telebachillerato Comunitario la asignatura de Desarrollo Comunitario como tal, y desde hace dos años aproximadamente, junto con el área de Biología y el área de Ética estamos trabajando la parte de la creación de bioplástico.

“Hace dos años se logró trabajar con el bioplástico y a partir de ese momento tomamos como meta implementar ese bioplástico en la elaboración de platos biodegradables”, explicó la docente Carmen Adriana Zamora Tapia.

Por esta razón, los estudiantes del TBC 386 decidieron elaborar platos biodegradables, utilizando cáscaras de mango, glicerina natural, especias como clavo y canela; que al mezclarlo forman una pasta consistente, y al momento de su secado, dan como resultado el bioplástico.

Con esa pasta se elaboran platos pasteleros funcionales, biodegradables y económicos, siendo una opción para que se utilicen en la comunidad y al ser desechados, tarden poco tiempo en degradarse al entrar en contacto con el aire, la tierra y el agua.

“Nuestro proyecto está basado en cáscaras de mango, nosotros realizamos platos pasteleros biodegradables, la creación de nuestro producto es porque en la comunidad de San Francisco Magú se utilizan grandes cantidades tanto de plástico como de unicel, al igual que en muchos lugares más.

“Estos productos tienen como destino la basura, la cual de forma inmediata pasa a ser un contaminante a nuestro medio ambiente, tardándose varios años en degradarse, nosotros estamos trabajando en el Objetivo número 12 de Desarrollo Sostenible el cual es Producción y Consumo Responsable”, detalló la estudiante Nely Romero Ramírez.

Producción de abono orgánico

Por su parte, los estudiantes del Telebachillerato Comunitario 405 del Barrio San Francisco San Nicolás Guadalupe, municipio de San Felipe del Progreso, elaboraron el proyecto “Producción de abono orgánico a base de humus de lombriz”, con la finalidad de promover el autoempleo y fortalecer los nutrientes del suelo que favorezcan los cultivos del campo y puedan obtener productos de mayor calidad que beneficien su salud, alineándose con el Objetivo 15 de la Agenda 2030.

“Con el abono orgánico, lo que queremos es que tengan su propio abono y no gasten, les llega una crisis como la que tuvimos de la pandemia, siguen sembrando su milpa, podemos tener los mismos cultivos que tenían nuestros antepasados que era la calabaza, el frijol, haba, trigo, papa, lo teníamos disponible, en la actualidad ya no los hay, hay puro maíz, pero cuál es la triste realidad, que ni el maíz nos da, ése es el gran error que hemos cometido, por eso queremos otra vez recuperar nuestro suelo, regenerarlo y de esta manera asegurar la alimentación como lo marca la Agenda 2030”, mencionó el docente Adán Nieves Bautista, referente a este proyecto.

Con este proyecto, la institución tiene como finalidad desarrollar competencias en los estudiantes que les permitan autoemplearse para percibir un ingreso que ayude a sus familias y, al mismo tiempo, cuiden el medio ambiente, aprovechando y reutilizando los recursos naturales con los que cuenta su comunidad.

“El objetivo general de nuestro proyecto es producir abono orgánico a base de humus de lombriz como estrategia ecológica, para aumentar la fertilidad de nuestra tierra”, señaló la estudiante Grisel Salgado Mendoza.

El producto es recomendable para los agricultores, ya que está compuesto por desechos orgánicos, estiércol de animales y cenizas que no dañan el medio ambiente y es 100 por ciento natural.

Además de la elaboración del producto, los estudiantes realizan su plan de comunicación organizacional que consta de la misión, visión, valores, logotipo, eslogan y campaña publicitaria, dando a conocer en las redes sociales su producto, permitiendo así que se le dé seguimiento y continuidad al proyecto de desarrollo comunitario de su plantel.

Actualmente, el Estado de México cuenta con 520 planteles de Telebachillerato Comunitario de educación media superior en 99 municipios. La estructura del plan de estudios se organiza por área disciplinar en tres componentes:  Formación Básica, Formación Propedéutica y Formación Profesional.