La pandemia por el Covid-19 ha sido una desgracia para la población en general, y en particular para los recolectores de basura que se encuentran expuestos e indefensos ante la falta de cultura y de reglamentación para el depósito de residuos, así lo señala el secretario general de la Asociación de Recolectores de Basura Doméstica, Comercial e Industrial, (Arbaci), Manuel Salas.
Este gremio cuenta con 350 camionetas que dan el servicio en 10 municipios de la zona de Cuautitlán Izcalli.
Señaló que, al no haber una experiencia previa de las dimensiones de la emergencia sanitaria del coronavirus, fue una situación que a todos sorprendió, a lo que debe añadirse la falta de una cultura de la separación de la basura.
El dirigente de recolectores de basura dio a conocer que a lo largo de los dos últimos años, instrumentaron una campaña por medio de redes sociales y de lonas en las camionetas y en lugares concurridos, para que la ropa, cubrebocas, jeringas y demás desechos de personas contagiadas por Covid se separara y se envolviera en bolsas a las que se colocará un listón rojo.
Pero esta separación la realizaban pocas familias, “quizá por temor a que no se les brindara el servicio”, compartió.
Y dijo que el año pasado la pandemia les pegó muy duro a los integrantes de la organización que encabeza.
Tan es así, agregó, que fallecieron 8 personas, mismas que brindaban el servicio de recolección de basura en los municipios de Cuautitlán Izcalli, Teoloyucan y Coyotepec.
Explicó que ante los fallecimientos, hubo menos renuencia a aplicarse la vacuna contra el Covid-19 y tomar mayores medidas de seguridad como el uso de cubrebocas por parte de sus agremiados.
El dirigente de la organización referida reconoció que no existe capacitación al interior de los agremiados de Arbaci, “aunque se platica mucho con las personas que operan las camionetas con la finalidad de que tengan los cuidados necesarios para su protección y buen funcionamiento del servicio”.
Se trata de un trabajo muy difícil, pero que por fortuna las personas que se dedican a la recolección de basura desarrollan anticuerpos que los protegen.
Labor que enferma
Ser recolector de basura es uno de los trabajos más difíciles, pues todos los días están expuestos a contraer enfermedades gastrointestinales, respiratorias, hongos e infecciones, pese a eso, hay que entrarle.