Por falta de cultura artesanal y por no dimensionar el trabajo de nuestra gente, principalmente indígenas, los artesanos padecen el “regateo” de sus productos, por parte de los propios mexiquenses.
“Nuestro trabajo no se valora, es muy común que la gente pida descuento y no se conforman con el precio que se les solicite, no se ponen a ver el tiempo que se tarda uno en hacer una artesanía, la dedicación que le ponemos”, expresó la artesana Esmeralda Zúñiga.
“Uno siempre se pregunta ¿por qué en las tiendas extranjeras no se ponen a pedir que les bajen los precios o se ponen a regatear?”, comentó la creadora.
Tras seis años participando en muestras artesanales, indicó que si se dedica a esto es porque ama sus raíces, porque hay un gran amor por México, porque las tradiciones ancestrales no se pierdan y quien menos lo aprecia es el propio mexicano.
“Le haría una invitación a todo el público a que valore nuestro trabajo, nuestras raíces, nuestra cultura, todo lo que nos distingue como mexicanos”, agregó.
Esmeralda Zúñiga se dedica a la elaboración de quexquémetl (mañanita o capa), que es una prenda náhuatl característica de la indumentaria indígena destinada a cubrir el torso de las mujeres.
Elaborar una pieza le toma de tres meses a un año, el tiempo varía según la dedicación y detalles que se le coloquen.
En el proceso hay que lavar la lana, hilarla y teñirla de forma natural. Esmeralda trabaja con tres personas y en 11 meses elaboran nueve piezas, sólo en el bordado demoran 20 días.
“Una prenda nuestra cuesta lo mismo que comprarse una chamarra, la diferencia es que nuestras capas son prendas que duran toda una vida“, insistió.
En el país hay 12 millones de artesanos, de ellos, 600 mil habitan en el Edomex, esto la convierte en la entidad que más alberga a este segmento de la población.