Las ferias de empleo no siempre cumplen las expectativas, tanto de quien busca una oportunidad laboral, como de los propios empleadores, aseguró Ángel Corchado Vargas, académico de la carrera de Psicología, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Durante los últimos años se popularizaron y en algunos casos se institucionalizaron como política pública las llamadas ferias de empleo, en los que un grupo de empresas o instituciones ofertan sus vacantes de forma masiva.
Corchado Vargas señaló que esta fórmula es una buena respuesta para muchas personas de ciertos sectores de la población que tienen la oportunidad de aproximarse a una primera opción y abrirse al campo laboral.
El grueso de la población que asiste a dichos eventos, son jóvenes, recién egresados, sin experiencia, y los salarios, que no son tan competitivos, hacen que se deprecie la calidad en el trabajo.
Quienes van por un empleo, describió el experto, se enfrentan a propuestas laborales que define como artesanales o básicas y debido a la necesidad de las personas, a pesar de estar capacitadas o especializadas, terminan por aceptarlo.
Deficiente selección
A veces, la masificación en la contratación de personal, señaló el especialista, hace que no sean eficientes los procesos de selección y contratación, y en ocasiones las mismas empresas se arrepientan de participar en ese tipo de eventos al no encontrar los resultados que esperaban.
Los procesos de reclutamiento y selección de personal deben estar supeditados a un abordaje integral de quien aspira a un puesto, describió Corchado Vargas, quien señaló que no se puede basar la contratación sólo en un elemento del proceso, como sería la entrevista o revisión de la trayectoria academia y laboral.
“Desafortunadamente se cae en el error de que por hacer eficientes estos procesos de reclutamiento y selección, al hacer las cosas con rapidez y prontitud, no se cubre el procedimiento, para elegir al candidato idóneo”, puntualizó.
En ocasiones sólo se entrevista, aplica una batería de pruebas psicológicas o se hace la investigación de trabajos anteriores y no se hace una revisión completa.
Por eso, el reclutador comete el error, que evita la contratación del candidato ideal, al dejarse llevar por cuestiones subjetivas como la apariencia, sexo, edad, trayectoria o experiencia.
Incumplen expectativas ferias del empleo
Hay jóvenes preparados, que cuando van a buscar trabajo les dicen que están sobrevaluados
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