El ambulantaje es un problema social que debe atenderse con programas y políticas públicas permanentes, ya que afecta al comercio establecido y merma sus ganancias en más de 15 por ciento, coinciden académicos y representantes empresariales; en contraparte, los vendedores señalan que es por necesidad y falta de empleo, el motivo por el que se enrolan en esa actividad.
Falta de atención
Para el sociólogo de la Universidad Autónoma del Estado de México, José Antonio Trejo Sánchez, el ambulantaje siempre ha sido un problema latente, porque el Estado mexicano no presta atención en la integración del empleo formal, por lo que exigió un plan integral entre los gobiernos estatal y municipales a largo plazo, para ordenarlos, “pues de la noche a la mañana no desaparecerán, y este programa debería tener objetivos claros sobre cómo se integrarán y evitaría a futuro, el comercio informal, porque se puede integrar a esos grupos ahora, pero después aparecerán otros”.
La informalidad les da ventajas como no pagar impuestos, evitar exigencias de estar registrados y cautivos ante la autoridad hacendaria, pero siempre están en manos de líderes que actúan bajo principios corporativos.
“Corresponde no sólo a los ayuntamientos, sino también al gobierno estatal promover políticas de desarrollo económico donde la informalidad no sea premiada, y en ese sentido coincido con los empresarios establecidos”.
Siempre han existido esfuerzos, incluso el Servicio de Administración Tributaria (SAT) lo hizo, pero es la falta de planeación por la que se quedan cortos los proyectos, “Otro problema es que también retoman el tema cada tres o cuatro años, y es un círculo vicioso que no llega a nada”.
Es necesario que las autoridades nos presenten un plan a largo plazo, en el que nos digan cuándo desaparecerá el comercio informal, con políticas claras y no por decreto de enviarlos a una esquina; debe ser un plan integral, interinstitucional y con la participación de los distintos niveles de gobierno, no sólo de carácter municipal, una solución que beneficie a todos”, indicó.
Presas de delincuentes
Los líderes del comercio ambulante extienden sus redes a través del reclutamiento de personas, quienes por necesidad económica y falta de trabajo, se dedican a la vendimia de manera informal. Algunas organizaciones permiten hacerlo con el cobro de cuotas semanales, pero hay casos no documentados que los dirigentes condicionan la venta de productos que ellos mismos proporcionan a consignación.
Esta situación no permite que la autoridad conozca cuántos integrantes tiene en realidad cada una de las agrupaciones y cuántas organizaciones operan en la capital del estado, ya que se crean células a las que luego agrupan en distintas asociaciones, que piden y exigen el derecho a vender en la vía pública.
De acuerdo con los comerciantes, en el mercado de La Aviación Autopan, creado por quienes fueron desalojados del tianguis del Juárez, trabajan cuatro organizaciones que aglutinan a un número indeterminado de integrantes, aunque supuestamente la autoridad local están debidamente identificados, sin embargo, la verdad es otra, pues la cifra del padrón oficial se excede por mucho de lo que informan al ayuntamiento.
CAPITALMEDIA pudo constatar la existencia de líderes que no permiten que se establezcan por su cuenta en los distintos puntos de Ambulantaje, un círculo vicioso sin fin: analistas Se requiere un plan integral y a largo plazo para solucionar el problema la ciudad, y bajo el pretexto de que ellos tienen el control, los obligan a pertenecer a las organizaciones con tal de que les paguen una cuota semanal o mensual.
Casos que llaman la atención se presentan con frecuencia en la zona del Mercado Juárez-Terminal, donde los propios vendedores se quejan de que sus dirigentes son una mafia, que opera bajo el amparo de organizaciones empadronadas ante el área de Regulación del comercio, del ayuntamiento.
Incluso en la zona aledaña a la terminal de autobuses, existe un tianguis que denominado “Tepito Chiquito”, donde se comercializa con herramientas mecánicas de origen chino o de dudosa procedencia, como se hacía hace algunos años en el barrio de Tepito de la Ciudad de México.
Informales, botín de pseudolíderes
El ambulantaje está prohibido y, con la base jurídica de que dispone el gobierno de la capital mexiquense, se aplican operativos de retiro: Skinfill
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