Derivado de las condiciones de inseguridad que imperan en los municipios de la Zona Conurbada del Estado de México, el negocio inmobiliario se ha visto un poco truncado y para seguir su desarrollo, ha sido necesario recurrir a la generación de protocolos de actuación y otras estrategias de protección para los agentes.
De acuerdo con el presidente nacional de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), Alejandro Kuri Pheres, este fenómeno de falta de seguridad, ha lacerado su actividad, ya que al tratar de vender, rentar o comprar una propiedad, los trabajadores se ponen en riesgo y muchas de las veces terminan siendo asaltados o secuestrados, tal y como pasó recientemente en Tlalnepantla y Cuautitlán Izcalli.
“Desafortunadamente hubo dos casos recientemente en el Estado de México, uno en la zona de Cuautitlán Izcalli y otro en la de Tlalnepantla, donde fueron atacados dos agentes inmobiliarios, sabemos que la violencia afecta a todos, pobres, ricos, instruidos o no instruidos, sin importar a lo que se dediquen, pero desafortunadamente estos dos casos fueron muy sonados y no debe de seguir la situación así”.
En los últimos años, el sector inmobiliario ha sido afectado por la inseguridad en esta zona, lo cual ya es de mucha preocupación para este gremio, lo que los ha orillado a dejar de ofertar tantos bienes inmuebles como antes o bien acudir a la cita después de un estudio a los clientes y acompañados por elementos de seguridad privada.
Kuri Pheres. indicó que de manera general, los protocolos de seguridad que se están llevando a cabo, constan de tener una excelente comunicación y coordinación con las oficinas de las empresas, al estar reportando constantemente su ubicación.
Asimismo, documentar lo más posible la identidad de los clientes interesados en alguna casa o departamento, con números de contacto reales de familiares o conocidos, así como utilizar diversas rutas para llegar con los clientes.