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Investigadores de Chapingo usan semillas para elaborar biopesticidas y biocombustibles

 

El estudio presenta estrategias para entender la germinación de semillas, un componente fundamental en el ciclo de vida de las plantas y fuente de información para que la próxima generación de la especie se disperse, establezca, desarrolle, reproduzca y perpetúe


Con la finalidad de no dañar el medio ambiente, investigadores de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) avanzan en estudios del uso de la cáscara, pulpa y semillas de anonáceas en la industria agrícola como biopesticidas y biocombustibles.

Estos expertos recolectan las especies y desarrollan su investigación en los estados de México, Yucatán, Chiapas y Colima.

Ello, con el objetivo de identificar y cuantificar los compuestos fenólicos, el metabolismo secundario y la fisiología de germinación en frutos de anonáceas.

La profesora e investigadora del Departamento de Fitotecnia de la UACh, Eloísa Vidal Ledezma, explicó que se está capacitando a técnicos y productores para crear estrategias de manejo sustentable de plagas y enfermedades, impulsando la innovación en el uso de subproductos frutícolas.

Hizo ver que se trata de la guanábana, chincuya, saramuyo e ilama, frutas principalmente distribuidas en regiones tropicales y subtropicales pertenecientes a la familia Annonaceae, un grupo botánico tan antiguo que puede ser considerado un fósil viviente.

Ls investigación es valiosa, añadió, desde diferentes puntos de vista, siendo el alimenticio y el medicinal los más destacados, aunque el objeto de estudio se limita al terreno de la agronomía.

Dio a conocer que estas especies contienen una amplia gama de compuestos, como alcaloides, terpenoides, flavonoides, acetogeninas y ácidos grasos, tales como los ácidos linoléico, oleico y esteárico.

La investigadora precisó que algunas especies no han evolucionado al mismo ritmo que las domesticadas.

Se trata de una familia cuyas características primitivas y respuesta al estrés deben seguir siendo estudiadas para su mejor aprovechamiento, indicó la especialista de la UACh.

Y dijo que la planta no está en buenas condiciones, genera metabolitos con cierta toxicidad, tal vez como parte de su supervivencia.

Además, debido a la domesticación provocada por el cultivo de las especies, es muy probable que esa condición se vaya perdiendo.

En en el campo de la ciencia la bioactividad de este tipo de compuestos, compartió, está asociada a su efecto citotóxico, antitumoral, antibacterial, pesticida y antimalaria.

Destacó que para los investigadores de la UACh es de interés que estos hallazgos sean utilizados para generar pesticidas y combustibles biológicos.