La literatura y las demás artes hacen que percibamos la vida desde una luz diferente y, de esta manera, nos hacen más sensibles a nuestra realidad, nos humanizan, afirmó Rosario Pérez Bernal, investigadora de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), quien realiza el proyecto “Narración y sentido en la literatura y la filosofía”.
Se busca expandir la comprensión de lo narrado
La investigadora explicó que, a través del arte es posible encontrar “el sentido” de las cosas, que equivale a contar con información que lleva a las personas a mirar más allá de lo evidente, es decir, lo que les permite salir de la cotidianidad con la que se toman ciertas situaciones.
Dentro de la literatura el sentido es determinante para expandir la comprensión de lo narrado, al igual que las obras de arte pictóricas y escultóricas.
“Una vez que has terminado de leer un libro, visto una obra de teatro o apreciado alguna pintura, ya no eres la misma persona, ahora tienes nuevos elementos que hacen más vasta tu experiencia en la vida”,
dijo.
A través de su trabajo de investigación busca encontrar si a través de la narración y la no narración, como lo son las obras de arte que no usan la palabra como medio de expresión, se pueden concebir nuevos sentidos que lleven a las personas a lugares fuera de lo rutinario.
A modo de ejemplo, habló sobre el poema “Las moscas”, del escritor español Antonio Machado, ya que estos insectos pueden ser molestos para la mayoría de las personas, pero adquieren un nuevo sentido como compañeros presentes en los momentos más bellos de la vida, dejando de lado su cotidianidad para formar parte importante de los recuerdos.
De igual modo, Pérez Bernal explicó que la literatura y la filosofía están estrechamente vinculadas; su engranaje permite explorar la realidad y brinda sentidos intangibles a la percepción de la existencia, de tal manera que se enriquecen las experiencias de las personas y de su comunidad.
Jorge Luis Borges cuestiona teorías filosóficas en algunos cuentos
Un ejemplo es la obra de Jorge Luis Borges, considerado como un literato filósofo, ya que aborda y cuestiona teorías filosóficas en algunos cuentos, además de explorar el sentido profundo de las cosas.
Por ello, planteó que las disciplinas humanísticas cohesionan, brindan sentido y añaden sensibilidad a las personas, y de esta manera, fomentan la convivencia armónica y mantienen unida a la comunidad.
“Las humanidades son el cemento de la sociedad; son lo que nos hace seres humanos empáticos, por eso mejoran nuestra vida y la hacen más significativa”
puntualizó.