Con una lluvia de pan, los devotos a San Bartolito inundaron las calles de Atlatlahuca, en Tenango del Valle, para agradecerle los milagros que les concede.
Esta comunidad, en la que el pan toma protagonismo, se sostenía del trueque, por lo que a la festividad llegan vecinos de otras comunidades con globos, bandejas de plástico, pirotecnia y aditamentos para fiestas, para también celebrar su fe.
La carretera se llena con miles de personas que se arremolinan a un costado de los más de 100 carros alegóricos que participan en el desfile de devoción para poder disfrutar de la tradición de este municipio.
Después de una misa, los carros se forman para regalar productos básicos.
Días antes, los hornos trabajan a marchas forzadas pues son más de 70 toneladas de pan las que se regalan en esta fiesta de fe.