El precio del cempasúchil se verá afectado esta temporada de Día de Muertos debido a las intensas lluvias que han golpeado la comunidad de San Francisco Putla, perteneciente al municipio de Tenango del Valle, donde es tradición darle color y olor a las tradiciones.
Los floricultores estiman que el costo del manojo podría incrementarse entre 20 y 40 pesos, lo que significa que pasará de 80 a 120 pesos.
Lo anterior porque, para combatir el exceso de agua, invirtieron en pesticidas para intentar salvar sus cosechas invadidas por hongos y bacterias que se favorecen con el exceso de humedad.
En esta comunidad, que ha sido un referente en la producción de flores de muerto durante generaciones, las lluvias de los últimos meses han dificultado el desarrollo de las plantas, especialmente el cempasúchil y las alhelíes.
Teresa, una de las productoras, cuenta que diariamente trabaja en sus parcelas para quitar la maleza y dar mantenimiento a las flores, pero la situación es complicada.
“Las lluvias no paran y nos están afectando. Las alhelíes están muy atrasadas y muchas ya se han podrido por tanta agua“, explicó.
En Putla, cerca de 400 productores dependen de la venta de estas flores durante la temporada de Día de Muertos, pero en los últimos años han enfrentado múltiples crisis por el cambio climático y el estado de la economía.
“Estamos fumigando cada semana porque con tanta agua las plantas se pudren. Calculamos que perderemos alrededor de 15 por ciento del cempasúchil, pero las alhelíes están aún peor, no han crecido lo suficiente”, añadió Alejandro, productor.
Pese a los esfuerzos de los agricultores por rescatar sus cosechas, el panorama sigue siendo incierto.
A menos de una semana del corte de flor, los productores de Putla luchan contra los efectos de las lluvias y el exceso de humedad, que asfixia las raíces de las plantas. Aunque intentan salvar la mayor parte posible, saben que esta temporada será complicada.
Sin embargo, a pesar de las dificultades, los productores no pierden la esperanza y siguen trabajando la tierra, ya que confían en que las flores de muerto renacerán y cumplirán su función en la tradición mexicana.