POR Eduardo Velásco
La pluralidad de la población, la migración, la fragmentación que sufrió el territorio estatal y la cercanía con la Ciudad de México, son diversos factores que propician que un número importante de mexiquenses no sientan arraigo en su entidad, incluso ni identidad en la demarcación que habitan, señaló el etnohistoriador Omar Tinajero Morales.
Este 2 de marzo, el Estado de México conmemora el 194 aniversario de su erección o fundación, ya que en 1824 se estableció el primer Congreso mexiquense, definido como Congreso Constituyente del Estado de México, compuesto por 21 diputados propietarios y siete suplentes.
Es necesario, expresó el especialista, hacer un replanteamiento de la forma en cómo se fomenta la identidad y el arraigo por la entidad, ya que a la fecha, sólo se trae a la memoria en ceremonias oficiales a los que acuden los burócratas, como ocurre cada 2 de marzo, que más allá de servir para reflexionar sobre el motivo de conmemoración, se destaca ese recuerda “por ser un día de asueto”.
Por varios factores hay desarraigo
El etnhistoriador e investigador, quien es egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), indicó que son varios los factores por los cuales no existe un arraigo pleno por la historia e identidad del Estado de México, situación que no es actual, ya que se remonta a la conformación de las entidades de nuestro país.
Uno de los factores históricos que propician el desarraigo al estado, tiene que ver con la fragmentación del mismo, ya que poco saben que la entidad tenía un amplio territorio que comprendía hasta Acapulco y demarcaciones vecinas, como Hidalgo, Morelos, Michoacán, incluido el entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México, donde se encontraba la capital mexiquense.
Esta situación provocó un fenómeno singular, pues a diferencia de otras entidades, los mexiquenses perdieron su capital natural que era la Ciudad de México, que después pasó a Texcoco y terminó en Toluca, ciudad que para varias regiones mexiquenses, está retirada y desvinculada de la realidad que se vive en cada una de ellas.
A pesar de la fragmentación que vivió la entidad, indicó el especialista, el territorio estatal es muy grande y diverso, con diversidad social, cultural y económica, elementos que en ocasiones hacen que se pierda el sentido de pertenencia.
Mayor vinculación con CDMX
Para los habitantes del Valle de México, la cercanía que se tiene con la Ciudad de México (CDMX) es un factor de relevancia, ya que un número importante de los ciudadanos de municipios conurbados se sienten más identificados y vinculados a la capital del país, ya que es el espacio donde laboran, estudian y realizan sus actividades recreativas.
Otro fenómeno que impacta en los habitantes del Valle de México, es la inmigración de personas provenientes de otras entidades, como es el caso de Nezahualcóyotl, que registra un número importante de originarios del estado de Oaxaca, quienes han establecido su domicilio en esa demarcación.
Esto impacta a municipios como Tlalnepantla de Baz, Naucalpan de Juárez, Atizapán de Zaragoza y Ecatepec de Morelos, entre otros, refirió Omar Tinajero Morales, y propicia que las personas sientan mayor arraigo por sus lugares de origen, que por el Estado de México.
Cabe mencionar que actualmente en las escuelas de educación básica se imparte una asignatura para conocer la historia, los recursos naturales y las diferentes manifestaciones culturales que caracterizan al Estado de México, así como a sus demarcaciones; sin embargo, a decir del especialista de la ENAH, esto no es suficiente, ya que los niños desconocen y no tienen el interés de saber sobre su entorno inmediato y menos, del Estado de México en general.
La historia, la segregación, los cambios de capitales se suman para que la gente se sienta más vinculada con la Ciudad de México factores que influyen en la falta de arraigo hacia el estado.