A 15 días de que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos, el refugio para migrantes de Metepec vive una situación de tensión e incertidumbre.
Según Armando Vilchis Vargas, director y fundador del albergue, las últimas semanas han sido críticas, con un aumento en la salida de migrantes hacia la frontera norte.
“Los migrantes están temerosos, inquietos y han decidido adelantarse, porque creen que después de la entrada de Trump ya no podrán cruzar a Estados Unidos”, explica Vilchis.
Hace apenas ocho días, el refugio albergaba a 70 personas; hoy solo quedan entre 15 y 20.
Aceleración en las rutas migratorias
El flujo migratorio no se detiene. Vilchis señala que en puntos como Tapachula, Huixtla y Coatzacoalcos se concentra un gran número de migrantes que buscan seguir avanzando.
Solo en Tapachula, mil 500 personas partieron recientemente, mientras que en Coatzacoalcos se reportan cerca de dos mil en espera de continuar su camino.
El refugio en Metepec, aunque temporalmente menos concurrido, prevé llenarse nuevamente en los próximos días.
“Ayer llegaron tres personas, y así como ellos, seguirán llegando más”, asegura Vilchis, quien también enfrenta el desafío de mantener operativa la casa de ayuda en un mes complicado por la escasez de donaciones.
“En diciembre todos son generosos, pero en enero es muy difícil; aún así, por ahora tenemos suficiente alimento para atenderlos”, afirma.
México, un obstáculo en el camino
La incertidumbre no solo viene del cambio político en Estados Unidos. Según Vilchis, los migrantes enfrentan una “pesadilla mexicana” desde su ingreso al país.
El director del refugio, señala que el principal obstáculo es el Instituto Nacional de Migración (INM), al que acusa de realizar prácticas que describió como tortura.
“El INM siempre ha sido terrible con los migrantes. Hay muchos requisitos, problemas y demoras para que obtengan papeles, y la mayoría no logra quedarse legalmente en México”, explica.
Esto, sumado a los riesgos del crimen organizado y la falta de un estado de derecho efectivo, convierte el tránsito por México en una experiencia peligrosa y desgastante.
Aunque Estados Unidos es percibido como el destino donde las políticas restrictivas complican la vida de los migrantes, Vilchis enfatiza que “la pesadilla comienza en México”.
Un llamado a la solidaridad
Vilchis lanzó un llamado urgente a la sociedad y a las autoridades para que no olviden a los migrantes en su paso por México.
“Es una situación que necesita atención inmediata. No se puede dejar toda la responsabilidad a los albergues o a los propios migrantes; se requiere un esfuerzo colectivo”, insiste.
Con la inminente toma de posesión de Trump y las condiciones adversas que ya enfrentan los migrantes en México, el panorama parece complicarse cada vez más.
Sin embargo, el refugio en Metepec se mantiene como un espacio de esperanza y ayuda en medio de la crisis, a pesar de las dificultades logísticas y económicas que enfrenta.
Panorama Migratorio
La llegada de Donald Trump al poder, añade una capa más de incertidumbre. Armando Vilchis Vargas, director del albergue considera que las políticas que podrían implementarse desde su administración aumentarán la presión sobre los migrantes y las organizaciones que los apoyan.
“México no hace nada por ellos, y eso va a empeorar cuando Trump asuma. Todo dependerá de Estados Unidos, que, con sus programas como la aplicación CBP One, es lo único que está sacando adelante a algunos migrantes”, señala.
CBP One es una herramienta digital que permite a los migrantes solicitar asilo de manera más estructurada, pero las trabas burocráticas y la falta de información dificultan su acceso, especialmente para quienes no tienen los recursos o conocimientos tecnológicos necesarios.
