En grave riesgo de deterioro y contaminación ambiental se encuentra el municipio de Calimaya, que a pesar de no pertenecer a un círculo urbano, está siendo afectado por la excesiva explotación de los recursos pétreos en incontables minas y por la polución del aire de cientos de obradores que se dedican a la elaboración de tabique y tabicón.
Esta compleja situación que se está dando en el municipio al parecer es ignorada por las autoridades municipales, quienes no tienen un control sobre las minas y sobre el número de obrajes que hay en la geografía municipal.
Al buscar una respuesta sobre el tema en la Dirección de Ecología, el titular del área se negó a proporcionar datos, argumentando que por veda electoral no pueden proporcionarlos; otras fuentes de la administración expresaron el mismo discurso, negándose a dar información.
De acuerdo con un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), integrado por Eduardo Alberto Valencia García, José Isabel Juan Pérez y Roy Estrada Olivella aportaron datos interesantes sobre esta situación.
Y es que aun cuando la alcaldía no subsiste solamente de la minería y de la elaboración de ladrillos, estos sectores generan empleos directos e indirectos para los pobladores, de tal manera que estas actividades económicas son importantes para la demarcación.
El Instituto de Fomento Minero y Estudios Geológicos del Estado de México tiene el registro de sólo ocho minas en la localidad, del total apenas 50 por ciento ha iniciado ante la autoridad estatal los trámites para que les sean otorgados sus dictámenes de impacto ambiental. De las minas de Calimaya se extraen materiales para construcción, entre ellos arena, grava, arcilla y tepojal, este último representa 10 por ciento del total de las minas y es el que mayores problemas ambientales provoca, debido a que su extracción obligadamente deteriora el subsuelo del volcán Xinantécatl.