Bañarse en Sábado de Gloria es una tradición popular vinculada al acto del bautismo, la cual, ante la inminente escasez del vital líquido, tiende a desaparecer, sin que esto afecte la esencia de la conmemoración y celebración religiosa, de la muerte y resurrección de Cristo, así lo señaló Omar Tinajero Morales, especialista en turismo religioso e iconografía cristiana.
A la par de los actos litúrgicos que realiza la iglesia católica en México, en torno a la Semana Santa, se realiza la tradición popular de mojarse entre sí, cada Sábado Santo, con cubetas y mangueras, sin que exista un registro oficial de la forma en cómo surgió, la cual está prohibida en zonas urbanas, pero sigue vigente en lugares donde existen ríos y manantiales naturales, como el ojo de agua del municipio de Almoloya de Juárez.
Tinajero Morales, indicó que se tiene que hacer una división entre la parte litúrgica y la religiosidad popular, siendo que en la primera, no existe referencia o fundamento histórico o teológico, en torno a la tradición de mojarse.
“En la religión católica, el agua es un elemento de purificación, asociado al acto del bautismo, pero es punto y aparte, con el hecho de mojarse el Sábado de Gloria”, indicó el especialista.
“Las personas católicas, eran tan escrupulosas en sus rituales, que durante los días de la Semana Santa cumplían con los rituales establecidos para ese periodo e incluso no se bañaban, hasta el día sábado, momento previo a la resurrección de Jesús”, explicó.
De ahí, es que surgió la expresión, de que las personas sólo se bañaban los días sábados o los sábados de Gloria, siendo que el viernes de la pasión y muerte de Cristo, era un día solemne, donde no se podía hacer nada, incluído asearse.
Al ser el día previo a la resurrección de Cristo, el sábado, llena de felicidad y alegría a los feligreses, ya que se deja atrás la parte seria y solemne de la Semana Santa, para dar pie a la celebración.
“Después que Cristo muere, resurge y triunfa sobre la muerte y es el momento de la gran festividad, siendo que la Pascua de resurrección se debería festejar con más fuerza y alegría, que el propio nacimiento de Jesús”, detalló.
A diferencia de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, la Navidad adquirió mayor relevancia entre la sociedad por los conceptos familiares que maneja, pero la resurrección de Jesús, es la prueba de que fue hombre y es Dios.
Reitera que esa tradición, tiene que ver más con una aspecto popular, que con algún fundamento litúrgico.