A través de un georradar, en Atizapán de Zaragoza buscan evitar el desplome o desgajamiento de viviendas que se encuentran asentadas en zonas de minas. 

En este municipio, hay minas con hasta 30 metros de profundidad, desde el piso de la calle a la mina. En su interior, hay galerías con 3 o 4 metros de altura, de acuerdo a datos de Protección Civil. 

Las minas detectadas son de tepojal, un material de la familia del tepetate, que es idóneo para fabricar block cuando es mezclado con concreto.

Ante este panorama,  Héctor Elorriaga Mejía, coordinador de Protección Civil, Bomberos y Medio Ambiente municipal, dio a conocer que se ha comenzado el uso de un georradar para identificar hacia dónde van las cavidades que están ubicadas debajo de viviendas, si hay un venero, la profundidad y el metraje cúbico a rehabilitar en la zona.

Con la finalidad de actuar en tiempo y forma en el relleno de las cavidades, “salvar vidas y el patrimonio de los atizapenses que tuvieron la mala fortuna de construir sobre una cavidad”, comentó. 

A lo largo de los últimos dos años,  las autoridades atizapenses han rellenado con hidróxido de calcio mezclado con mineral de perlita las minas, logrando tapar más de 8 mil 260 metros cúbicos. 

Esta mezcla, de acuerdo al director de Protección Civil, es amigable con el ambiente, no afecta el agua, no contamina y no genera un problema ambiental posterior.

Debido al uso del georradar, este año se tiene proyectado triplicar el volumen de mezcla para tapar las minas, ya  que se podrá saber con mayor exactitud dónde tirar, cómo tirar, en qué zona, cuál es la zona más afectada.