Por Fernando Nolasco
Luego de la explosión registrada este lunes en el poblado de Santa María del Monte en el municipio de Zinacantepec, el número de personas muertas se incrementó a tres, al fallecer la madrugada de este martes el niño Alan Poblano de 11 años, quien sufrió quemaduras de tercer grado en 90 por ciento de su cuerpo.
Médicos del hospital general “Adolfo López Mateos”, reportan el estado de salud de dos niñas y un adulto como “reservado”.
En el lugar de los hechos, autoridades estatales, municipales y federales realizan recorridos para detectar si en esa comunidad existe otro polvorín de forma clandestina.
Al respecto, la coordinadora de la Unidad de Protección Civil y Bomberos de Zinacantepec, Karen García Romero, dio a conocer que el inmueble donde se registró el incidente será demolido, ya que presenta daños en la estructura y representa un riesgo para las personas que lo habitaban; al tiempo de confirmar el fallecimiento de dos personas adultas, así como cuatro lesionados, tres menores y una mujer, entre ellos el niño Alan Poblano, quien finalmente perdiera la batalla la madrugada de este martes.
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Detalló que el polvorín no tenía permiso para elaborar artificios, se trataba de un inmueble que al parecer se utilizaba para elaborar o almacenar productos pirotécnicos.
“El municipio de Zinacantepec trabajará en coordinación con el Instituto Mexiquense de la Pirotecnia, de igual forma con SEDENA, para llevar a cabo un operativo y determinar que no se esté realizando la elaboración, almacenamiento de algún producto pirotécnico; todo esto con la finalidad de prevenir algún riesgo y evitar que se vuelva a ocasionar un hecho como el ocurrido”, expresó.
Fueron dos estallidos
En el lugar del percance, Roberto Pineda, testigo de la explosión narró que se escuchó un fuerte estruendo en el domicilio al que arribó junto con otras personas para auxiliar a sus habitantes, encontrando en el sitio a dos adultos sin vida, un niño que presentaba quemaduras de tercer grado en el 90 por ciento del cuerpo y cuatro lesionados más; arriesgó la vida, ya que luego de rescatar a los menores, se presentó otro estallido, que derribó la losa de la vivienda.
Comentó que bajo los escombros observó varias bases de juegos pirotécnicos y material para elaborar los productos, que se encontraban en una segunda planta, cuyo techo quedó partido a la mitad.
A Roberto Pineda le queda la satisfacción de haber apoyado al menor y demás lesionados, aunque lamentó la pérdida de vida de los padres de las niñas que siguen hospitalizadas, y también criticó la falta de solidaridad de los vecinos de las víctimas, que no hicieron algo para auxiliarlos en el momento de la detonación.
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En lo que va del año, en el Estado de México se reportan 270 explosiones por pirotecnia, que dejaron diez personas fallecidas y 265 heridos; los municipios con mayor incidencia son Tultepec, Zumpango y Zinacantepec, precisa el reporte de los servicios de emergencia de la entidad, toda vez que el Instituto Mexiquense de Pirotecnia (IMPEPI) no responde a las solicitudes de información sobre el tema.
