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Niñas y adolescentes intentan interrumpir embarazos mediante métodos peligrosos

Colectivas hacen un llamado a las autoridades estatales para que prioricen la salud y los derechos de las niñas y adolescentes en el Estado de México 

La mayoría de los embarazos en adolescentes podrían prevenirse si se brinda la información adecuada detalla la activista Esperanza Arias


En el sur del Estado de México, niñas y adolescentes enfrentan situaciones de alto riesgo al intentar interrumpir sus embarazos mediante métodos peligrosos, como la introducción de fertilizantes en la vagina. Estos procedimientos ponen en peligro su salud y sus vidas, señaló Esperanza Arias, activista y representante en el Estado de México de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos (ddeser).

De acuerdo con Arias, cada mes atienden en promedio 14 casos de niñas y adolescentes que intentan abortar usando estos métodos caseros. Estos casos, dijo, reflejan la desesperación, el miedo y la falta de acceso a información y servicios de salud sexual y reproductiva que enfrentan las jóvenes, quienes al verse sin alternativas seguras, optan por prácticas que pueden generar quemaduras, infecciones severas y otros problemas graves de salud.

Para la activista de Ddeser, la ausencia de servicios de salud sexual y reproductiva adecuados, sumada a la desinformación y al estigma que rodea a los embarazos adolescentes, conduce a que las jóvenes busquen soluciones peligrosas para interrumpir sus embarazos no deseados. 

“Se introducen en la vagina fertilizantes, derivado de un caso que se hizo viral en el que funcionó, pero dejó como secuelas de quemaduras que generaron los químicos, pero las niñas no saben que se pueden provocar daños irreparables, y la falta de acceso a un aborto seguro solo agrava la situación”, explicó Arias. 

Esto sucede en especial en municipios como Villa Guerrero, Coatepec Harinas, Tenancingo y Zumpahuacán, entre otros.

Urge despenalización

Frente a este escenario, la activista urgió a que se avance en la despenalización del aborto en el Estado de México, así como en la implementación de políticas públicas enfocadas en la salud y la seguridad de niñas y adolescentes para evitar embarazos en la infancia.

Uno de los aspectos más preocupantes que resaltó Arias es que, en muchos casos, los embarazos en niñas y adolescentes son producto de la violencia sexual

En el Estado de México, se tiene registro de que 783 menores de 15 años se han convertido en madres este año, y se estima que hasta 42% de estos embarazos son resultado de abusos sexuales. 

Arias también destacó que la mayoría de los embarazos en adolescentes podrían prevenirse si se brindara la información adecuada sobre derechos sexuales y reproductivos, y si se implementaran programas educativos que permitieran a las jóvenes tomar decisiones informadas sobre su cuerpo y su vida. 

“La educación es clave, pero también lo es el acceso a servicios de salud que garanticen su bienestar”, puntualizó Arias.

Derechos sexuales

La Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos insiste en que es necesario crear estrategias para garantizar el acceso a servicios de salud adecuados para niñas y adolescentes. La despenalización del aborto es una de las medidas que Arias considera cruciales, pero también lo es, dijo, mejorar la atención y la información que reciben las jóvenes en materia de derechos sexuales y reproductivos.

Asimismo, subrayó la importancia de implementar campañas de concienciación sobre los riesgos que implica recurrir a métodos inseguros de aborto, y de acercar a las comunidades más vulnerables a servicios de salud sexual que incluyan acompañamiento médico y psicológico.

Esperanza Arias hizo un llamado a las autoridades estatales para que prioricen la salud y los derechos de las niñas y adolescentes en el Estado de México. 

“No podemos permitir que sigan poniendo en riesgo sus vidas por la falta de políticas públicas adecuadas y de información sobre sus derechos. Es fundamental actuar para protegerlas y garantizarles un futuro libre de violencia y riesgos innecesarios”.

Finalmente, la coordinadora de Ddeser en la entidad, sostuvo que los embarazos no deseados en la infancia, sumados a la violencia sexual y la falta de acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, son problemas que deben ser abordados desde múltiples frentes para proteger a las niñas y adolescentes y garantizarles una vida libre de riesgos y violencia.