Las manos de artesanas y artesanos mexiquenses generan agilidad y destreza para elaborar pliegos de papel picado y dar alegría, vida y mucho color a las fiestas populares y celebraciones, especialmente la del Día de Muertos.

El proceso de elaboración inicia desde una fase esencial con el dibujo original, el cual es puesto sobre las hojas de papel de china y servirá de guía para elaborar fajos de 50 hojas, de tal forma que no se necesita mucha herramienta: cinceles, martillo, planchuela de plomo y sobre todo su habilidad e ingenio.

Las maestras y los maestros de papel picado han dado nombres a sus cinceles por las formas y tipo de tamaños que tienen, así, los curvos se llaman media caña, uñetas, sacabocas o cuadras, mientras que la plancha de plomo impide que se maltrate el hilo de los cinceles.

Así, con golpeteos manuales directos sobre el paquete de hojas a cortar, que aparecen en el papel calado verdaderas obras de arte. Este proceso lleva desde un día hasta tres meses de elaboración en una sola obra.

Al paso de los años, algunos artesanos han perfeccionado sus habilidades y han elaborado nuevas técnicas, como “la china”, donde realizan el corte con tijeras, y “la suiza”, en la que el corte es más fino, utilizando el cúter.

Sin embargo, el corte con tijera es menos utilizado ya que maltrata más el material y lleva más tiempo, mientras que el uso de cinceles facilita cortes pequeños y detallados.

En la entidad mexiquense se realiza esta tradicional artesanía de papel picado en los municipios de Tultepec, Toluca y Metepec, principalmente.

El Día de Muertos se llena de color con el uso de la flor de cempasúchil y los diseños de papel picado, elemento infaltable en estas fechas y no se puede imaginar una fiesta popular sin estas singulares banderitas de papel con vivos colores colgadas y movidas por el viento.