Por las calles de San Francisco Tlalcilalcalpan, los gritos comienzan a escucharse el primer domingo después del 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, santo patrono de la comunidad perteneciente al municipio de Almoloya de Juárez. Es el Paseo de los Locos en el que miles de almas se burlan de la muerte.
¿Por qué el Paseo de los Locos?
Con disfraces terroríficos con los que demuestran que están locos, pues a San Francisco así llamaban debido a que cuidaba y hablaba con los animales.
Por ello, los habitantes de este poblado ubicado en las faldas del Nevado de Toluca, recorren las calles con bailes, gritos y devoción.
Esta comunidad se dedica a la elaboración de disfraces, por lo que, lo que comenzó hace más de 140 años como un Paseo de los Pregoneros, evolucionó para darle exposición al talento de las manos Tlalcilalcalpaneses.
Desde semanas antes comienzan a confeccionar el disfraz que usaran los miembros de las cuadrillas, son más de 130 las que se sumaron este año para venerar a su santo patrono, por lo que antes de los monstruos, de los locos, sale un tractor con la imagen de San Francisco de Asís.
El Paseo Locos en San Francisco Tlalcilalcalpan llevan la fe por delante
Lo adornan con flores y semillas, así me agradecen por las cosechas de la temporada y cumplen sus mandas, porque, aunque parezca que son locos ni Dios ni Diablo, la fe la llevan por delante.
“Para mí es un orgullo caminar y disfrazarme con mi familia, decían que San Francisco estaba loco, nosotros le hacemos honor y nos burlamos de la muerte, por eso nos disfrazamos”,
comentó Ximena.
El Paseo de los Locos o los Pregoneros, de las Momias o bien, conocido también como Carnaval de San Francisco, se desarrolla domingo y lunes por lo que el tránsito por el tramo de la carretera Toluca-Zitácuaro que atraviesa Tlalcilalcalpan se ve interrumpido.
Es una verbena en la que el sincretismo, que es la amalgama de dos o más tradiciones culturales, es uno de los actores principales.
En esta fiesta de fe, participan grandes y chicos con los disfraces temáticos con los que bailan por más de 10 horas continuas el domingo y 10 más el lunes, ante más de 20 mil personas.
No se trata de una fiesta aunque lo parezca, son mandas y agradecimientos por las bendiciones e intercesiones obtenidas de parte de San Francico de Asís, quien, aseguran, no los deja sin trabajo.
Por ello, monstruos y humanos son devotos a él.