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Posadas, se enriquecen con las tradicionales piñatas

 

En este lugar, hijos, nueras y nietos han mantenido viva la tradición iniciada por Romana Zacarías


Las posadas decembrinas son una tradición que data de hace 537 años, en 1587, cuando estas festividades fueron autorizadas por primera vez en la Nueva España, en el ex Convento de Acolman.

Extendidas a todo el país y transmitidas de generación en generación, esta tradición ha perdurado hasta nuestros días y se ha enriquecido con elementos festivos como las piñatas.

Romper la piñata, con los ojos vendados, representa la fe guiada para vencer al mal y las pasiones negativas.

Una muestra de esta herencia cultural es el taller “Piñatas Romanita”, conocido por sus coloridas piñatas de siete y cinco picos, ubicado en el municipio de Acolman.

En este lugar, hijos, nueras y nietos han mantenido viva la tradición iniciada por Romana Zacarías, quien dedicó su vida a enseñar el arte de hacer piñatas a sus descendientes.

Gracias a sus enseñanzas, surgieron diversos talleres en el municipio, y hoy en día, “Piñatas Romanita” ya cuenta con miembros de la tercera generación trabajando en la elaboración de estas piezas artesanales, que se venden por miles a finales de noviembre y durante diciembre.

Con más de 40 años de historia, el taller sigue un proceso artesanal en la elaboración de las piñatas.

Durante los meses cálidos, se fabrican las bases con globos, para que el secado sea más rápido.

Después, se añaden los conos de cartón y se decoran con papel de china y engrudo. Para finalizar, se utilizan cuadritos de papel que se colocan cuidadosamente. Cada decoración tarda alrededor de 30 minutos por piñata.

Durante la temporada alta, el taller produce cerca de 3 mil piñatas de diferentes tamaños.

La producción comienza en octubre, con las tradicionales piñatas de cinco y siete picos, hechas de papel multicolor, aunque también se fabrican con olla de barro. Su venta atrae a clientes de municipios de la región y de distintos estados como Puebla, Querétaro, Toluca y la Ciudad de México.

Por ahora, explica, las ventas son tranquilas, “pero conforme se acercan las posadas, recibimos más clientes. Aunque la economía ha afectado, poco a poco vamos recuperándonos”.

Las piñatas tienen precios que van desde 30 pesos las más pequeñas, hasta 800 las más grandes, de casi metro y medio.

Cada año, los artesanos de Acolman, elaboran alrededor de 25 mil piñatas a mano, principalmente para la Feria de la Piñata que se celebra a finales de año.

Acolman es conocido como la cuna de las piñatas navideñas en México y es reconocido a nivel nacional e internacional, por la elaboración de este producto.

En 2023, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), otorgó al municipio de Acolman el registro de la marca “Piñata Artesanal Acolman Renace”, reconociendo la elaboración artesanal de estas piñatas como un distintivo cultural de la localidad.