El uso de dispositivos de telefonía móvil hoy en día se ha convertido ya en uno de los elementos indispensables para las personas por la facilidad de comunicación y sobre todo por la comodidad, sin embargo este uso en aumento, es un tema completamente alarmante, pues se ha convertido en las causas de distracción por excelencia en los centros laborales.
Y es que al igual que como sucede con los accidentes de tránsito, las empresas del Estado de México están enfrentando incidentes por el uso de estos aparatos, los cuales van desde daños menores hasta catastróficos, relacionados a la salud.
En entrevista, el delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Estado de México Poniente, Enrique Gómez Bravo Topete, dijo que el uso del teléfono celular hoy por hoy es la causa de la mitad de los accidentes automovilísticos que hay en la entidad, y por si fuera “poco” también avanza a ser una de las causas principales en los accidentes dentro del ámbito laboral desencadenando una ola de emisión de incapacidades.
“Los empleados que utilizan el teléfono móvil mientras trabajan se exponen incluso a una amputación, lesión leve o la muerte, por ello deben tomar conciencia de lo importante que es tomar las medidas de seguridad de una manera responsable, comprometida que realmente cuide su integridad”.
Explicó que según los datos estadísticos que rodean los accidentes que involucran el uso del teléfono celular al realizar actividades consideradas de riesgo, apuntan al desastre, ya que por ejemplo, el deterioro que un conductor experimenta utilizando un teléfono celular es igual al de una persona que maneja con un contenido de alcohol en la sangre de .08%; otro dato dicta que estar distraído al realizar una actividad, hace responsable del 25% de todos los accidentes a quien usa el aparato en horas de trabajo, ya que la actividad cerebral dedicada a la ejecución de las labores llega a disminuir hasta en un 37% cuando se utiliza un teléfono celular.
Finalmente indicó que el impacto de los accidentes laborales no solo repercute económica y socialmente; pues a las empresas les merma en su productividad, al trabajador le disminuye sus ingresos y a su familia le genera cierto grado de depresión al ver que su pariente sufre una lesión, discapacidad o en su forma más trágica la muerte, mientras que a los centros de salud les representa un gran gasto en el pago de incapacidades, poniendo en jaque el desarrollo de otras actividades.