La falta del dictamen técnico afuera de las escuelas en el que se daría a conocer cuál es la condición estructural que guarda cada plantel por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y su homóloga estatal, causó temor en los alumnos y padres de familia que se dispusieron a regresar a sus actividades este lunes 25 de septiembre, luego de la suspensión de clases desde el pasado 20 a causa del sismo de 7.1 grados que sacudió la zona centro del país.
De acuerdo con las inspecciones técnicas realizadas por el Instituto Mexiquense de la Infraestructura Física Educativa (IMIFE), se determinó que este lunes mil 779 escuelas del Estado de México podrán reanudar clases, 18 de ellas en la ciudad capital.
Fueron solamente cuatro los planteles de educación básica a nivel secundaria los que podían reanudar clases; sin embargo, varias instituciones apostaron a abrir sus puertas, donde los directivos y maestros invitaban a los alumnos a quedarse indicando que era seguro, pero la mayoría de los padres de familia no estuvo de acuerdo y mejor se retiraron junto con sus hijos.
En el caso de la Escuela Secundaria Oficial No. 2 Adolfo López Mateos, en Toluca, al ser una de las cuatro avaladas para laborar, reportó un trabajo con normalidad, donde se contó con 95 por ciento de asistencia en alumnado y 100 por ciento en maestros.
Allí los directivos tranquilizaron a los padres de familia con los peritajes oficiales para que dejaran tomar clases a sus hijos, asegurando que todo se encontraba bien, incluso se dieron algunas pláticas sobre la revisión de la escuela y hubo recorridos para constatarlo.
No obstante, algunos alumnos se mostraron nerviosos y temerosos al retomar sus actividades, pero al paso del día todo fluyó con normalidad, aunque también hubo algunos padres de familia tomaron la decisión de esperar a sus hijos cerca de la escuela.
Asimismo, en la Preparatoria No. 1 Adolfo López Mateos, de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), las actividades se desarrollaron de manera normal, luego de que fueran revisadas sus instalaciones por especialistas de la propia institución, pertenecientes a las facultades de Ingeniería y Arquitectura.
Los estudiantes se mostraron nerviosos y algo confundidos al principio, sin embargo pasadas las 10:00 de la mañana ya se paseaban por la escuela como si nada hubiera pasado.