De cara a las fiestas patrias, autoridades del Instituto Mexiquense de la Pirotecnia (IMEPI), llevaron a cabo una reunión con funcionarios de Atizapán de Zaragoza, para promover la implementación de acciones que reduzcan el riesgo por el uso de artificios pirotécnicos.

Al menos tres solicitudes formales de permisos para la venta de pirotecnia en vitrinas hay actualmente en este municipio, informó Javier Torres Correa, jefe del Departamento de Atlas y Gestión Integral de Riesgos de Atizapán de Zaragoza.

“No tenemos ni una sola solicitud de verificación o regulación en materia y condiciones de seguridad de ningún tipo de polvorín”, agregó.

De acuerdo al reporte del funcionario municipal, en el año 2022, en Atizapán de Zaragoza, se emitieron 27 cartas de no inconveniente para la quema de productos pirotécnicos, actividad popular que se realiza durante fiestas patronales y las de los propios eventos de la administración que ascienden a 35 eventos, anuales, en promedio.

Jorge Tenorio, representante del IMEPI, reconoció que en el Instituto existe preocupación por accidentes y pérdida de vidas humanas que se puedan generar a partir del manejo de la pirotecnia.

Indicó que en la entidad, la gente empieza a tener actividad pirotécnica sin nunca antes haberla manejado, sin tener experiencia, lo cual se busca combatir con la difusión correcta de la información.

“Se les hace fácil y los términos que usamos alrededor de la pirotecnia como juguetería, hacen que sea de mucho más fácil acceso y pareciera que estamos utilizando juguetes, cuando no es así”, acotó.

Con estas reuniones de trabajo, las autoridades retoman las actividades sobre la pirotecnia tras haberlas suspendido por la pandemia de Covid-19, con los tres niveles de gobierno, con el objetivo de prevenir cualquier situación que vulnere la vida de las personas, así lo dio a conocer Daniela Martínez Zamudio, directora de Enlace, programas y de políticas de Gestión Integral de Riesgos de la Coordinación Nacional de Protección Civil.

En Atizapán de Zaragoza existe un polvorín, ubicado en una planta asfaltadora, en el predio La Pedrera, el cual está regulado.