Padres y niños deben tener sesiones diarias de juego, afectivas y simbólicas, de por lo menos 15 minutos, para fortalecer la autoestima de los pequeños y crear vínculos, además de que es una puerta, para que los infantes generen confianza y expresen situaciones que viven en su entorno, que normalmente no contarían, refierió Ivon Guerrero Minutti, especialista en estimulación temprana.
El juego es actividad lúdica que muchos padres relacionan con un acto meramente infantil o a una actividad deportiva de conjunto, que puede ser improductiva en la cual los tutores, se limitan a proporcionar juguetes o los recursos para que los niños desarrollen alguna actividad deportiva, pero como tal no intervienen directamente en la acción de jugar con los pequeños.
Guerrero Minutti, quien es licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma del Estado de México, campus Zumpango, refiere que la mayoría de los padres casi no juega con sus hijos y quien lo realiza, lo hace unos minutos durante los fines de semana.
El juego, señala la especialista, brinda oportunidades de crecimiento, tanto físico como emocional, además de reforzar la parte del aprendizaje, cognitiva y social, pero sobre todo la afectiva, ya que es la interacción, permite ver la importancia que los niños sienten del papá hacia ellos.
La parte afectiva que pueden mostrar los padres a los infantes, por medio del juego, refiere la experta en Psicología, puede ayudar al niño a manejar las emociones y fortalecer la confianza que pueden tener hacia a los padres, quienes a través de esta actividad, pueden sacar mucha información de los pequeños.