La bandera de México es uno de los símbolos patrios más representativos, que generan unión y nacionalismo, pero no siempre se tiene presente su historia y el respeto que se le debe guardar, indicó Omar Tinajero Morales, etnohistoriador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).
La conmemoración de la promulgación del Plan de Iguala el 24 de febrero de 1821, enmarca también la celebración del lábaro patrio, ya que a la par de dicho acontecimiento se presentó la bandera trigarante, que sintetizaba las garantías del documento redactado por Agustín de Iturbide.
El Plan de Iguala permitió consumar la Independencia de México el 27 de septiembre de ese mismo año, al entrar el Ejército Trigarante a la capital de la República, cuya bandera tenía tres franjas diagonales; blanco, verde y rojo, cuyos colores representaban la pureza de la religión católica, la independencia de México de España y de cualquier otra nación y la unión entre criollos, indígenas y españoles radicados en la Nueva España, respectivamente.
El etnohistoriador describe que la bandera mexicana es un símbolo que tiene como objetivo generar unidad, la cual surgió a la par del movimiento independentista, que al pasar a la época del imperio de Iturbide, las franjas diagonales se convirtieron en verticales, para introducir el águila imperial.
El lábaro patrio ha tenido diversas evoluciones, ya que conforme al pensamiento y circunstancias de cada época de la historia del país, se le han retirado o agregado elementos. Una resignificación importante que se le dio a la bandera nacional, indicó Tinajero Morales, fue cuando Benito Juárez sacó el tema de la religión que le había dado Iturbide.
Desafortunadamente, refiere, se ha perdido gran parte de la identidad nacional, que se encuentra sustentada en los símbolos patrios, principalmente en la bandera, así como el respeto que se le tenía, ya que en la actualidad no se le da seriedad.
Una de las razones por las cuales se dan este tipo de circunstancias, describió, puede ser la falta de una formación cívica en las instituciones educativas, ya que actualmente no se tiene una materia específica para el tema, como ocurría en el pasado.
Para tener en cuenta
El 20 de septiembre de 1916, el presidente Venustiano Carranza expidió un decreto en el que se ordenaba que el escudo oficial fuera el del águila viendo de perfil, con sus alas abiertas y devorando una serpiente de cascabel. Además, debía incluir la leyenda “Estados Unidos Mexicanos”.
En 1968, durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz se decretó que la forma de la bandera se define en la “Ley sobre las características y el uso del Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales”.
Conforme al Artículo 3 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales: La Bandera Nacional consiste en un rectángulo dividido en tres franjas verticales de medidas idénticas, con los colores en el siguiente orden a partir del asta: verde, blanco y rojo. En la franja blanca y al centro, tiene el Escudo Nacional, con un diámetro de tres cuartas partes del ancho de dicha franja. La proporción entre anchura y longitud de la bandera, es de cuatro a siete.
Podrá llevar un lazo o corbata de los mismos colores, al pie de la moharra.
Y señala que un modelo de la Bandera Nacional, autenticado por los tres poderes de la Unión, permanecerá depositado en el Archivo General de la Nación y otro en el Museo Nacional de Historia. Actualmente la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales no brinda un significado a los colores de la bandera.
Después de que Benito Juárez quitará el significado que se le había dado al color blanco, de la pureza de la iglesia, en su momento resignificó los colores y dio al verde el significado de esperanza; al blanco, el de la unidad; y al rojo se le relacionó con la sangre vertida por todos los héroes nacionales.