Para el Movimiento Ecologista del Estado de México, encabezado por Luz María Gómez Ordóñez, urge desprendernos de la idea que el programa “más exitoso” en materia ambiental se deriva de la reforestación, pues “se hace gala de ello, y el gobernador en turno va a tomarse la foto”, pero donde las decisiones a gran escala son incongruentes.
“Se celebra el Día del Árbol plantando un arbolito, pero se concede a una constructora la destrucción de miles; tal parece que los intereses inmobiliarios y de los constructores privan más que los de la sociedad”, denunció Gómez Ordóñez.
Aclaró que no están en contra de la urbanización; sin embargo, ésta debe ser sustentable. Gómez Ordóñez afirmó que “debemos ubicarnos en que es una entidad con solvencia económica para implementar una política ambiental de conservación y prevención; no es un estado pobre”, indicó.
Desde el punto de vista natural, la entidad es privilegiada, pues en ella confluyen dos zonas naturales: la región neoártica y la región tropical. Precisamente, en el Nevado de Toluca se encuentra la frontera; es una zona fría, hacia el sur, es cálida.
Luz María Gómez explicó que esta característica geográfica permite tener variedad de ecosistemas, “podemos irnos al norte como Polotitlán y encontrar  planicies, mucho viento y una flora con características propias  del desierto. O bien, a Temascaltepec, Valle de Bravo, zona muy rica, donde inclusive hay selva caducifolia,  bosque de coníferas, etc.  El Valle de Toluca es rico en humedales; basta considerar la Laguna del Chignahuapan, en Almoloya del Río, que naturalmente aporta bastante agua a la región”.
“Se defiende la naturaleza porque significa defender nuestra existencia y permanencia en este planeta”, añadió. De ahí, que se exige a las instancias que se preocupen y ocupen, que informen qué están haciendo y que den resultados, porque no se observan, advirtió.
Gómez Ordóñez comentó que sería interminable la lista de problemas ambientales: la contaminación resulta grave en el Valle de México, y la región de Toluca no se libra”. Sobre la contaminación de suelo, el uso de pesticidas opera sin control alguno, pues en la zona florícola se utilizan agroquímicos que están prohibidos en Estados Unidos.