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Sin avance y sin justicia para familiares de víctimas halladas en fosa clandestina

A dos años desde que las autoridades del Estado de México encontraron una fosa clandestina con 12 cuerpos en una bodega de la colonia La Joya, en Tenango del Valle, la justicia no ha llegado para las familias de las víctimas.

A pesar del tiempo transcurrido, las familias de las personas encontradas allí siguen sin respuestas. No hay sentencias por los homicidios de las víctimas, entre ellas Jesús Matamoros, un joven de 27 años al momento de su muerte.

La familia del joven lamentó que su exigencia es la misma: saber por qué fue asesinado, desmembrado y enterrado. Ana Laura, madre del joven, denunció que han sido 24 meses de tortura emocional y revictimización por parte de las autoridades.

“Es mucho dolor ver que estos casos, no solo el de mi hijo, sino el de las demás víctimas, siguen en ceros. No hay justicia. Nosotros seguimos muertos en vida”, señaló.

La tragedia de los 12 de Tenango

El 13 de enero de 2023, el descubrimiento de la fosa conmocionó a la región. Los restos de 11 hombres y una mujer fueron hallados gracias a información obtenida tras la captura de nueve presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

A pesar de las detenciones realizadas en los municipios de Tenancingo e Ixtapaluca, no hay personas vinculadas a proceso por los homicidios de las víctimas.

Una de ellas era Jesús Matamoros, quien desapareció el 16 de octubre de 2022 en Calimaya, cerca de la colonia Zaragoza de Guadalupe.

Tres meses después, su cuerpo fue hallado en la bodega de La Joya, pero la confirmación genética no llegó hasta junio de 2023, un retraso que, denunciaron, agravó el sufrimiento de su familia.

Los familiares de las demás víctimas enfrentan una situación similar. Algunos dudan de la autenticidad de los restos que les fueron entregados y exigen respuestas sobre las circunstancias de los asesinatos.

Operativo y hallazgo de la fosa

El hallazgo de la fosa se produjo tras un operativo conjunto de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), la Secretaría de Seguridad Estatal (SS), la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y la Comisión Nacional Antihomicidio (CONAHO).

Durante los cateos, las autoridades descubrieron que la bodega de La Joya había sido utilizada para ocultar los cuerpos de las víctimas, enterrados en paquetes emplayados bajo el piso.

Entre los detenidos se encontraba Jaime Luis “N”, alias “El Pozolero” y considerado jefe de plaza del CJNG en la región. A pesar de las pruebas que lo vinculan con homicidios y secuestros, hasta ahora no ha sido procesado por los asesinatos relacionados con la fosa.

Sin justicia

Actualmente, las familias de quienes fueron ahí enterrados lamentan que aún enfrentan el temor de que el caso quede en el olvido.

Ana Laura y otros familiares han denunciado la falta de avances en las investigaciones y la ausencia de transparencia por parte de las autoridades.

“No entendemos por qué los mataron, por qué les hicieron esto. Es desesperante que ni siquiera sepamos qué pasó desde que desaparecieron. No nos vamos a rendir, vamos a seguir buscando la verdad”, expresó.

La exigencia de justicia también incluye la investigación de las fallas en los procesos de identificación forense y el trato que han recibido las familias.

El sitio, donde alguna vez se erigió una bodega utilizada por el crimen organizado, se ha convertido en un lugar de duelo y resistencia para las familias afectadas.

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