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Terapia canina para los niños enfermos

En el Centro Infantil de Rehabilitación con Asistencia Canina (Cirac) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), trabajan tres terapeutas y una psicóloga, en el tratamiento a ocho menores con problemas de autismo, parálisis cerebral, síndrome de Down, trastornos de hiperactividad y timidez, apoyados con perros adiestrados para aplicar las diferentes terapias.
Rafael Cano Torres, adiestrador canino, explicó que este centro fue creado para proporcionar terapias asistidas con perros a niños de escasos recursos con discapacidad, para lo cual se seleccionaron y se adiestraron los canes para introducirlos a las terapias asistidas.
Comentó que los perros que apoyan en las terapias, son recuperados de situaciones de maltrato o abandono, que en este centro los adiestraron para apoyar a los niños enfermos, cuyas características deben ser de actitud para recibir adiestramiento y llevar a cabo la encomienda de ayudar al ser humano, además que sean tolerantes al contacto, pues es a través del masaje canino, que a los pacientes les ayuda a mejorar el estado de discapacidad que tienen.
Este centro fue creado a finales del 2017 y de enero a la fecha cuenta con 37 canes que no son de raza, que apoyan a los terapeutas en los tratamientos de los niños, comentó que a través de las redes sociales le dan seguimiento a los canes que van a ser reclutados para asistir a las terapias, animales que después de un tiempo son donados a familias que así lo desean, luego de un estudio que les realizan para saber si están aptos para darle calidad de vida.
Iríais Reyes, terapeuta del centro dijo que los niños conviven con los perros que ya están desparasitados, limpios y que no tienen el riesgo de contagiar a los enfermos, animales que ayudan a las distintas terapias que les brindan a los menores que ven en ellos, a un amigo que les va apoyando.
Destacó que los pacientes se sorprenden al tener contacto con los canes, incluso uno de ellos, con parálisis cerebral desde el momento en que vio al perro, se apego a él y eso ayuda en mucho a sus terapias, que si bien no los van a sanar, sí les ayudan para mantenerse ocupados y que olviden por unos minutos su condición de salud.
Reyes indicó que a finales de 2017, el centro tenía tres pacientes, pero de enero a marzo se sumaron cinco más.

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