La fe y devoción de los católicos del Valle de Toluca se pondrán nuevamente en marcha el próximo lunes 17 de enero, cuando inicie la 87ª Peregrinación Diocesana hacia la Basílica de Guadalupe, una tradición que ha perdurado por más de ocho décadas y que une a miles de fieles en un acto de agradecimiento y petición a la Virgen Morena.
La Arquidiócesis de Toluca confirmó que, como cada año, miles de personas recorrerán los 70 kilómetros que separan la Catedral de San José, en Toluca, del Tepeyac, en la Ciudad de México.
Se trata de una manifestación de fe que simboliza la esperanza, la gratitud y el deseo de paz en un contexto de incertidumbre y violencia.
Fe que moviliza a miles
El año pasado, la peregrinación reunió a más de 80 mil fieles que caminaron durante cuatro días entre cantos, oraciones y alabanzas.
Para esta edición, se espera una convocatoria similar, marcada por la misma fe que inspira a personas de todas las edades y comunidades a unirse al recorrido.
“Es un acto de amor y compromiso con nuestra Madre Santísima”,
señaló Maximino Martínez Miranda, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Toluca.
Añadió que este año, la peregrinación seguirá siendo un llamado a la paz, una cruzada para pedir por el cese de la violencia en los hogares, en las calles y en el mundo.
Itinerario de la peregrinación
La jornada comenzará el lunes 17 de enero desde la Catedral de Toluca.
Durante los cuatro días de recorrido, los peregrinos avanzarán por puntos clave como La Marquesa, donde pernoctarán el primer día, y Cuajimalpa, que será su última parada antes de llegar a la Villa.
El miércoles 20 de enero, los fieles arribarán a la Basílica de Guadalupe, donde se reunirán en un acto masivo de oración para agradecer a la Virgen Morena y presentarle sus peticiones.
Las autoridades han anunciado cortes viales en Toluca, la carretera México-Toluca y en delegaciones de la Ciudad de México como Cuajimalpa y Gustavo A. Madero para facilitar el paso de los contingentes.
Una tradición que trasciende
La Peregrinación Diocesana es parte del novenario de preparación para los 500 años de la aparición de la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac.
Esta tradición no solo fortalece el lazo espiritual entre los fieles y su patrona, sino que también sirve como un acto comunitario que une a personas de diferentes regiones y circunstancias.
Desde Zinacantepec hasta San Mateo Atenco, de Lerma a Ocoyoacac, las comunidades del Valle de Toluca se congregarán nuevamente para demostrar que la fe en la Virgen de Guadalupe es un elemento central en la vida de los mexiquenses.
El acto, además de ser un agradecimiento, es un recordatorio de la necesidad de paz en un país que, como subrayó Martínez Miranda, “sigue siendo guadalupano”.