La herencia generacional, usos, costumbres y tradiciones de los municipios de la entidad, conforman la diversidad cultural del Estado de México, misma que determina la riqueza de las comunidades.
El municipio de Rayón ha sobresalido en la elaboración de diversas artesanías, destacando las fibras vegetales, hueso y cuerno, además de la madera, siendo ésta la que presenta mayor densidad artesanal con 301 artesanos.
De acuerdo con el Registro Estatal de Artesanas y Artesanos del Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM) y, precisamente en cuanto al arraigo, los artesanos de Rayón preservan una práctica milenaria en la elaboración de juguetes populares, cucharas y molinillos.
En este sentido, el torno de violín es una herramienta que les permite tornear la madera, utilizando las cuatro extremidades; uno de los pies guía el formón, el otro da soporte, la mano izquierda sostiene al formón y la derecha le da el giro con el arco, de ahí su nombre ya que asemeja a la práctica con la que se toca un violín.
El dato más antiguo de esta práctica surge a partir de una imagen en Europa donde se observa que el tornero apoyaba la herramienta en un soporte y otro operario hacía girar la pieza a tornear, tirando alternativamente de los cabos de una cuerda arrollada a los extremos, imitando un efecto vaivén, el sistema descrito y el posterior accionamiento con arco de violín fueron los procedimientos milenarios y habituales para conseguir el movimiento de giro de 180° hasta la Revolución Industrial, donde apareció el sistema de pedal y pértiga.
Inicialmente en Rayón, a través del torno de violín, se elaboraban cucharas de diferentes tamaños y formas, posteriormente dieron origen a juguetes y el tradicional molinillo que conforma el patrimonio cultural.
En el municipio, las familias Capula y Campos fueron las que iniciaron con la labor del torno manual, torno de arco o como se conoce principalmente el torno de violín, nombrado de esta manera por la familia Campos.
De acuerdo con la cronista de Rayón, este municipio cuenta con 350 años de tradición arraigada, y se señala que posteriormente, gracias a la migración, esta actividad llegó a Michoacán.
Asimismo, en la elaboración de artesanías y de acuerdo con los maestros artesanos Misael Sahid Alonso Campos y Eduardo García Serrano, el primer paso es obtener la materia prima: la madera llamada aile o también conocida como aliso, usada principalmente para la fabricación de muebles del siglo XIX.
Posteriormente, se adelgaza la madera previamente comprada en “bola o raja” , se limpia o desflema estando fresca, esto con la finalidad de quitarle el color naranja que caracteriza al aile, el cual es elegido estratégicamente porque es una madera que no deja sabor cuando se trata de molinillos.
Una vez cumplido el paso anterior, se cuida la madera del sol para que no se abra o rompa, por lo que se deja secar en la sombra y dependiendo de la estación del año tarda aproximadamente tres meses para poder trabajarla.
Posteriormente, se incorpora la madera al torno de violín y se le quitan los filos existentes, se señala que la elaboración de molinillos y algunos juguetes populares, se caracterizan por ser artesanías de una sola pieza.
Finalmente se decora utilizando gubias, formones y madera de pino la cual, a través de la fricción, logra crear diversas figuras.
La elaboración y el decorado de los molinillos o juguetes populares especiales, son trabajos complejos que llevan un tiempo de manufactura de una semana o más.
El sobrante de la madera llamado viruta no se desperdicia, al contrario, se utiliza para abrillantar la artesanía, una vez terminada.
El IIFAEM invita a conocer el proceso de la elaboración de estas piezas a través de los talleres artesanales y a consumir estas piezas en las Tiendas de Artesanías “Casart”, de igual forma pone a disposición las plataformas de venta como son Mercado Libre y Amazon.