A ocho años de la prohibición del consumo de tabaco en lugares cerrados, empresarios del sector de bares y restaurantes del Estado de México, en coordinación con la sociedad civil y autoridades estatales, informaron que van por la regulación del uso de vapeadores.
En conferencia de prensa, tras dar a conocer los resultados de un estudio sobre los alcances que ha tenido el control del tabaco en los establecimientos mexiquenses, Francisco Javier Fernández Clamont, director del Instituto Mexiquense contra las Adicciones (IMCA), reconoció que el Estado de México “está listo para implementar leyes con el objetivo de que haya espacios libres de humo de dispositivos electrónicos y vapeadores”.
“Eso no está regulado y debemos dar el siguiente paso en lo normativo, en lo restrictivo y preventivo, informar de todas las complicaciones que puede tener el uso de estos dispositivos”, comentó.
Fernández Clamont dio a conocer que la organización civil Códice se encuentra trabajando con legisladores para impulsar una iniciativa de reforma en esta materia e indicó que el IMCA se encuentra en análisis con el Ejecutivo estatal para una regulación y programas de prevención.
El director del Instituto Mexiquense contra las Adicciones dio a conocer que el uso de vapeadores en el Estado de México es principalmente por parte de jóvenes entre 12 y 29 años. “Contrario al consumo del tabaco que se da principalmente en hombres, los usuarios de los vapeadores son las mujeres”, informó.
Durante el 2019, los Centros de Atención Primaria en Adicciones atendieron a 27 mil pacientes, de los cuales el 8 por ciento presentaban adicción al tabaco. Según los datos del IMCA, se estima que en el Estado de México un consumidor de tabaco fuma siete cigarros en promedio al día.
En tanto el estudio de 2019 sobre el control de tabaco en restaurantes y bares, que se llevó a cabo de manera conjunta por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y la Secretaría de Salud del Estado de México con el apoyo de los empresarios, arrojó que tras la puesta en marcha de la Ley General para el Control de Tabaco, que prohíbe fumar en espacios cerrados, ha disminuido hasta en diez veces la presencia de nicotina en promedio en los establecimientos.