La Universidad Nacional Autónoma de México y el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) crearon un mapa donde la población podrá identificar si su vivienda está en peligro de fracturación y, de ser así, es urgente desalojarla.
El sur, el oriente y algunas partes del norte están en un riesgo potencial. Esta información ya se incluyó en el atlas nacional de riesgos.
Algunas partes de las delegaciones Iztapalapa, Iztacalco, Benito Juárez, Venustiano Carranza, Cuauhtémoc, Tláhuac y Xochimilco, son las que arrojaron un estado crítico de fracturación dentro de la Ciudad de México.
En estas zonas las deformaciones (hundimientos) llegan a tener entre 20 y 30 centímetros por año, lo cual es una velocidad altísima de deformación.
Este hecho responde a tres razones: por características naturales del material, que es compresible en zona lacustre; la alta densidad poblacional de la Ciudad con condiciones fuertes mecánicas con infraestructura civil; y la fuerte extracción de agua subterránea que se ha llevado a cabo por más de 50 años en la Ciudad.
En la capital del país, los hundimientos llegan a ser de 20 hasta los 40 centímetros.
“En países como Holanda y China un hundimiento de 10 centímetros, que es lo que se entiende como nivel medio o bajo, se trata de un hecho o un nivel inconcebible”, expuso la Dra. Cora Carreón Freyne, del Centro de Geociencias y responsable del proyecto por la UNAM.
El mapa está a disposición pública en el sitio www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx. Aunque es susceptible de mejorar, en este instrumento los expertos ya detectaron 12 sitios de la capital con deformación crítica, ubicados en diversas colonias de Iztapalapa, Iztacalco, Tláhuac, Cuauhtémoc, Benito Juárez y Xochimilco.
“No son delegaciones completas, sino colonias precisas, pero hay demarcaciones, como Iztapalapa, en donde gran parte del territorio está afectada”, resaltó .
Valdés González recordó que esta urbe se formó sobre un lago, por ello tiene zonas blandas y duras, algunas especialmente vulnerables para vivir sobre ellas.
El director general del Cenapred señaló que “deberían estar marcadas estas zonas y evitar que se construya ahí, ésta es la parte de las propuestas que debería hacerse a la delegación, decir esto no se va a detener y probablemente vaya a continuar y estas zonas tendrán que ser desalojadas y darle una utilidad diferente donde no pongan en riesgo la infraestructura de la gente”.
“En un momento dado no hay que pelearse con la naturaleza, va a ganar la naturaleza y lo que tenemos que reconocer es que debemos desalojar ese lugar”, expuso Valdés.
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“El Cenapred le está dando el poder a la ciudadanía, de decir ‘mira’ el mapa tienes que hacer algo en esta zona'”, expuso Cora Carreón.
Alertó que “una de las cosas más importantes es antes de empezar a utilizar los recursos en reconstrucción que se hagan los estudios pertinentes porque obviamente los recursos son finitos tienen que ser utilizados de la manera más eficiente posible”.
Carreón añadió que “estos fenómenos no tienen una solución, tienen medidas de mitigación y podemos convivir con ellas”.
Valdés González instó a responsabilizarnos como ciudadanos del suelo en donde tenemos nuestra vivienda y a nuestra familia, y conocer la situación particular en este mapa que ofrece el Cenapred a través de este estudio de la UNAM.