Víctor MAYÉN
Manuel Bartlett Díaz, declaró que se le quiere hacer pasar como el “chivo expiatorio” por la supuesta caída del sistema y el presunto fraude en la elección de 1988, en la que Carlos Salinas de Gortari fue electo presidente de México.
“Porque hay atrás interesados en que haya un chivo expiatorio, ya se acabó (…) y ¿por qué les interesa tanto que haya un chivo expiatorio?, porque si quitan al chivo expiatorio ¿qué queda?, pues todo esto que estoy diciendo y que nadie recuerda ya. (…) A mí no me han podido liquidar en 30 años”.
El exsecretario de Gobernación, acusó a los panistas Diego Fernández de Cevallos y Felipe Calderón Hinojosa de confabularse y aliarse con Salinas de Gortari, para quemar los paquetes electorales y declararlo presidente de la República.
“Y el PAN con sus dueños juzgaron que si se echaba abajo la elección de Salinas, pues quedaba Cárdenas, ellos dicen, nosotros no queremos Cárdenas, queremos a Salinas, el sector privado; el PAN acuerda y le dan el esquinazo a Cárdenas. (…) Los que recibieron todas las ventajas de las concertacesiones, las reformas constitucionales, el amafiamiento de Salinas con el PAN”.
Precisó que él, entonces como secretario de Gobernación y presidente de la Comisión Federal Electoral, no tenía elementos para declarar ganador o perdedor a Carlos Salinas.
El hoy senador del Partido del Trabajo, aseveró que el flujo de información -vía telefónica- sobre los resultados electorales en los 300 distritos del país, nunca se detuvo.
“Se inventa decir que se suspendió el cómputo. Estaban llegando y Cárdenas ganaba y se suspendió. Eso es mentira. Nunca se suspendió porque el sistema de cómputo (…) consistía en un enorme avance de transparencia en las casillas”.
Manuel Bartlett, reiteró que no hubo tal caída del sistema en la elección de ’88, como ha pretendido hacer creer en estos últimos 29 años.