Texas ejecutó anoche mediante una inyección letal al mexicano Roberto Moreno Ramos, de 64 años y sentenciado por tres asesinatos, pese a los llamados de organismos de derechos humanos que abogaban por su vida.
La ejecución, prevista inicialmente para las 18:00 horas locales, se consumó con un retraso de tres horas debido a que su defensa interpuso dos apelaciones de último momento ante la Suprema Corte de Estados Unidos, mismas que fueron rechazadas.
Moreno Ramos fue declarado muerto a las 21:36 horas de este miércoles (03:36 GMT del jueves), 11 minutos después de que se le comenzara a aplicar la dosis letal de drogas en la Unidad Carcelaria Walls, en Huntsville, Texas.
Momentos antes, el reo hizo una breve y última declaración: “Dios, prepara mi carroza de oro que voy para allá. Estoy listo”.
Moreno Ramos fue sentenciado a la pena capital en 1993 por asesinar con golpes de martillo a su esposa Leticia Ramos, de 42 años, su hija Abigail (7) y su hijo Jonathan (2), el 7 de febrero de 1992 en Progreso, Texas.
Ningún familiar de Moreno Ramos atestiguó la ejecución y solo lo acompañaron su abogada Denelyn Racer y dos amigos: Marco Antonio Fernández y Yuri Imanol.
Tampoco acudieron familiares de Leticia Ramos y sus hijos, las víctimas del reo ejecutado esta noche.
Moreno Ramos pidió con anticipación a los funcionarios consulares mexicanos que reclamaran sus restos y que fueran cremados. Sus cenizas serán enviadas a su familia, que reside en California.
Era originario de Pinotepa Nacional, sureño estado de Oaxaca, y se convirtió en el mexicano número 12 en ser ejecutado en Estados Unidos desde que el país reactivó la aplicación de la pena máxima en 1976.
Se trató del sexto mexicano sometido a la pena de muerte en violación al fallo de la Corte Internacional de Justicia de la Haya, que en 2004 ordenó suspender las ejecuciones hasta que los casos fueran revisados.