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Al parecer la política monetaria de México tendrá que ajustarse en un mediano plazo.

Autoridades del Banco de México advierten que es probable que en los próximos meses, la política monetaria de México se vea influida, en mayor medida, por factores de naturaleza externa, en momentos en que el tibio desempeño económico local hace previsible que no existan presiones de demanda sobre los precios. Por ello es que tras la reunión de la Fed en junio próximo, México analizará su situación y tomará medidas que mejor le ajusten.

Aunque por el momento, el escenario actual abre la oportunidad para que Banxico realice subastas discrecionales de dólares si el tipo de cambio se deprecia por encima de los 18.50 pesos por dólar.

Desde los primeros días de mayo, el peso ha profundizado pérdidas, desligándose de otras divisas emergentes que habitualmente ganan o ceden terreno a la par de los precios de las materias primas.

Así que este momento es para que la Comisión de Cambios podría generar una intervención que tranquilizara a los mercados. Sin embargo, la política monetaria del país se deberá ajustar si la volatilidad financiera global diera lugar a presiones sobre el tipo de cambio.

Los principales factores externos son el incremento de la tasa de referencia de la Reserva Federal de EU, así como la volatilidad que puedan generar eventos como una posible salida de Reino Unido de la Unión Europea o conflictos geopolíticos.

Los especialistas advierten que las autoridades monetarias de México enfrentan una situación similar a cuando la Reserva Federal de EU subió su tasa de interés de referencia en diciembre. Si bien, la solidez de los fundamentales económicos de México debe llevar a la apreciación del peso, la volatilidad externa mantendrá un impacto sobre el tipo de cambio.

CARLOS ALBERTO MARTÍNEZ

 

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