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A menos de 18 días de los comicios, la economía de los partidos políticos y del propio ejercicio democrático es una muestra de que la agenda política aún tiene influencia en los temas monetarios.

Es bueno que los políticos presenten sus declaraciones patrimoniales, ya que de esta manera se evitan “sorpresas”.

Las elecciones dejarán una derrama económica en distintos sectores, es importante sino que –además– hay un presupuesto de gasto por parte del país que se destina a las elecciones.

Aunque irónicamente a esta díada, elecciones y economía, se suma un término llamado: voto económico que explica que los ciudadanos son capaces de castigar o premiar a los políticos de acuerdo con diversos parámetros, como puede ser la percepción de la situación económica.

No hay que olvidar que los resultados de las elecciones intermedias son neutrales para la calificación crediticia soberana de México. Así que por ese aspecto no se puede medir como elemento de estabilidad o volatilidad en las economías locales donde se realizan las elecciones. La situación económica es, probablemente, la variable más importante para explicar los niveles de satisfacción de los ciudadanos con sus gobiernos, así como para expresar su comportamiento electoral.

Sin embargo, lo único criticable es que durante los periodos de elecciones muchas iniciativas y proyectos políticos se frenan.

Si el partido no es transparente, los candidatos tampoco lo son, si no se encuentran obligados a hacerlo. Esa es una realidad de la política mexicana. Las elecciones intermedias servirán para conocer esos detalles finos que, a final de cuentas, se requieren en el país y lo necesita la democracia. Ese es el aspecto relevante de este momento.

CARLOS ALBERTO MARTÍNEZ

 

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