La activación de las fases de contingencia, las pérdidas económicas en general y los rezagos en materia de investigación ambiental son evidentes. Por ello es que la economía y el medio ambiente tienen una unión sólida.
En términos prácticos, la economía ambiental tiene mucho que ofrecer en términos de los diagnósticos que pueden realizarse.
Recientemente, las relaciones entre medio ambiente, energía y economía son más estrechas, debido a los procesos de desarrollo económico, las crisis energéticas y ambientales, y las críticas a los presupuestos epistemológicos de las distintas ciencias y los cambios que éstas están efectuando.
Lo que se debe entender es que la relaciones entre los entornos naturales y las actividades económicas es más compleja.
Por ejemplo, las funciones que desempeñan los recursos naturales en el proceso económico son determinantes para conocer el agrado de desarrollo de una nación.
En los momentos actuales donde se está abogando por un nuevo saber ambiental proclive a la sostenibilidad y donde además las naciones emergentes vienen desarrollando los lineamientos de la política económica y social. Además de añadir, ahora, el componente medioambiental.
Sobre estas tres líneas se mueven las economías en la actualidad. Hasta parece obvio.
Según especialistas, la economía es la ciencia que estudia la gestión de los recursos en una sociedad y las leyes que determinan su desarrollo en los diferentes modos de producción, ésta y el medio ambiente están estrechamente relacionados y no podemos divorciar una de la otra, pues una valoración económica del medio ambiente significa poder contar con un indicador de su importancia en el bienestar de la sociedad.
CARLOS ALBERTO MARTÍNEZ