Con la promulgación de la Ley de Zonas Económicas Especiales, el gobierno busca darle un giro a la economía regional para dotar de incentivos fiscales y mayor infraestructura a los estados.
Históricamente, la primera Zona Económica Especial (ZEE) surge en 1959 en el aeropuerto de Dublín, Irlanda, y actualmente en el mundo hay cuatro mil 300 zonas.
Queda claro que debido a la globalización del comercio internacional, se puede observar una tendencia alcista en el desarrollo de las Zonas Económicas Especiales (ZEE).
Las zonas económicas son una zona geográfica o física en la cual una manufactura puede gozar, principalmente, de ventajas fiscales y laborales durante el proceso de producción, transformación o manipulación de mercancías.
En otras partes del mundo, las ZEE gozan de exención del pago de impuestos de renta y complementarios sobre los ingresos obtenidos por ventas al exterior, y de remesas para los pagos y transferencias efectuadas al exterior por concepto de intereses y servicios técnicos.
En México, la iniciativa privada advierte que es necesario el desarrollo de las cadenas de valor, esto implica consolidar un entorno adecuado para la instalación y el desarrollo de servicios especializados de construcción, mantenimiento, materiales indirectos, logística, asesoría técnica y profesional. Además, el factor más importante es el enlace de las empresas locales a las cadenas productivas y la mejora en las condiciones del empleo local.
Y los analistas prevén que sólo combatiendo la informalidad y promoviendo el desarrollo del capital humano, la inversión privada puede tener un impacto real y sustentable en el desarrollo de la zona.
CARLOS ALBERTO MARTÍNEZ
@drcamartinez