CARLOS ALBERTO MARTÍNEZ
@drcamartinez
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En el país la política fiscal ha tomado un papel preponderante. No sólo por las medidas contracíclicas a través de la serie de recortes al gasto, también se puede entender como un conjunto de medidas relativas al régimen tributario, al gasto público, al endeudamiento público, a las situaciones financieras de la economía. Sin embargo, el punto más importante es el relativo con las medidas recientes para evitar un golpe a las finanzas públicas.
La mayoría de países de América Latina ha mejorado sus resultados fiscales. Según los especialistas, para lograr un sistema tributario eficientemente recaudatorio y equitativo, es de vital importancia establecer estímulos fiscales temporales y efectivos al ahorro, ampliar la base de contribuyentes, fortalecimiento de la recaudación, combate a la ilegalidad fiscal, certeza jurídica para la autoridad y los contribuyentes.
Las reformas no deben limitarse a restaurar los marcos fiscales previos a la crisis. La nueva configuración institucional debe incorporar características que permitan distinguir los ingresos transitorios de los permanentes, evitar posturas procíclicas, permitir respuesta simétrica a las fases de contracción y a las de expansión, e incorporar cláusulas de escape.
Las reformas en política fiscal pueden parecer un gran desafío para conseguir la transición hacia una economía más estable, el problema es que la transición suele convertirse en un proceso de largo plazo, que termina por convertirse en una medida sin apoyo ciudadano y carente de la aceptación popular. Aunque, según los especialistas, señalan que los gobiernos deben garantizar suficientes ingresos para permitirles cumplir sus obligaciones jurídicas y sus compromisos políticos ante sus electores, dentro de un marco fiscal sólido.