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Chinos, mafia del blanqueo

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Los Datos Duros
Por; José Reveles


La información ya se había difundido desde los Estados Unidos (EU) y China en 2014 y en 2017: personajes, empresas y bancos chinos han sido involucrados en lavado de dinero de los cárteles de México, Colombia, Venezuela y otros países de América Latina. También aparecieron mexicanos en Manila, con laboratorios de drogas sintéticas y en alianza con las tríadas chinas. Los asiáticos cambiaron de clientes, pero no de modus operandi: de servir y estar asociados con Sinaloa, terminaron siendo sorprendidos –en días recientes– con personeros y millones de dólares del Cártel Jalisco Nueva Generación en la Ciudad de México.
Se trata en realidad de triangulación de recursos al mejor postor mediante empresas fantasma que pueden estar lo mismo en Hong Kong que en China continental y entregar recursos en Tepito, en Tijuana o Mexicali, en Bogotá o Belice, en Caracas y en bancos de los EU o donde lo requieran los clientes, por el cobro de una comisión. La mafia china ni siquiera requiere utilizar armas o de ejercer violencia. El blanqueo tiene saldo blanco cuando su origen es el trasiego de drogas o compra de minerales, pero no está exento de muertes cuando el dinero se genera en el tráfico de personas o de armas, actividades en las que también son expertos los mafiosos chinos.
Tríadas se denomina a las organizaciones que conservan una estructura similar a la de las guerrillas de Argelia contra los franceses, formadas por tres individuos que a su vez conectan con otros tres, pero solamente un líder de cada trío conoce a otro de un grupo diferente y los demás quedan en el anonimato y en el secreto absoluto. Jamás establecen contacto personal.
Dos Tríadas de Hong Kong, la 14K (14 kilates) y la Sun Yee On, se asociaron con el Cártel de Sinaloa para aportar precursores y producir metanfetaminas, ice y cristal para un demandante mercado estadounidense, reportó en enero de 2014 el South China Morning Post. Según la publicación, la alianza se descubrió luego de que hubo un masivo decomiso de drogas de diseño en la ciudad de Guangdong Lufeng, en la provincia de Cantón.
La conexión comenzó tras la captura de mexicanos del Cártel de Sinaloa, en la Navidad de 2013, en una granja de gallos al sur de Manila. “Los mexicanos
ya están aquí”, indicó el jefe antidrogas Bartolomé Tobías, quien descubrió que estaban recibiendo asesoría de grupos de la droga chinos.
Hay controles demasiado laxos, casi nulos, de la salida de precursores de China, pero también de ingreso a México y otros países latinoamericanos; lo mismo ocurre con los bancos, a los que no importa el origen de capitales que se depositan mediante empresas de papel.
La Administración para el Control de Drogas (DEA) reveló el año pasado la operación de las ma as chinas, con células en las principales capitales del mundo. Reciben dinero en algún lugar del planeta, “que pueden reponer en la capital mexicana el mismo día, a cambio de una tarifa”.
Saben más los tra cantes que las agencias de inteligencia. Policía, ejército y marina sorprendieron a seis chinos y a cuatro mexicanos con 10.5 millones de dólares en efectivo. No fue con información de la Ciudad de México ni del Gobierno Federal, sino de los EU que se descubrió a unos cuantos operadores de esta conexión mundial. El narco y el lavado son globales; y no es su ciente que se les combata a balazos en las calles.