Lo acontecido en Matamoros, es lamentable, un modus operandi frecuente, con cierta familiaridad por lo que había dejado de ser noticia para ellos, sin embargo, por el origen de las víctimas y las evidencias se volvió un tema mediático politizado y convirtiéndose en asunto de controversia internacional con Estados Unidos.
Cualquier muerte es de lamentarse, y sea cual fuere la situación es interesante analizar lo que está pasando entre los dos países y tal vez esto nos lleve a conspirar, pero es consecuencia de la falta o la distorsión de la información.
Esta circunstancia ha construido dos escenarios para algunos muy convenientes, para el gobierno de Biden, un asunto que se adueñó del Congreso, donde se discutían temas muy distintos, pero que colocó presión al presidente, quien está prácticamente en un proceso de reelección, lo que para los republicanos representa una oportunidad para desgastarlo, obligándolo a fijar una posición que no es precisamente la que él quisiera, pero que para su país debió ser como se mostró, una exigencia y a la vez advertencia.
Para el caso de México, queda claro que el presidente AMLO sabe que E.U. no tiene la intención de incursionar en el territorio nacional para buscar a los grupos de narcotraficantes, ni mucho menos violentar su soberanía, es un juego político a valores entendidos, ya que la bravuconada de AMLO en el fondo llama la atención de votantes demócratas, que en unos días verán con buenos ojos a Biden en cuanto éste le agradezca a México haber aclarado el caso, por otro lado gana también, ya que en la mañanera se convirtió en el distractor para el problema del espionaje, el cual es indefendible y que por lo mismo le está causando gran preocupación.
El presidente, sabe que la situación es delicada, afectaría los tratados entre los dos países, convulsionaría el comercio y los negocios entre empresas súper poderosas, que por cierto, en los últimos días se supo que México sigue siendo su principal socio comercial. Esta bravuconada de ambos lados pasará y seguramente servirá a los propósitos de Biden y AMLO.